Maximizar la rentabilidad en el engorde es crucial, porque esa etapa insume la mayor cantidad de alimento y produce la mayor cantidad de kilos de carne. En ello se basó el aporte de Jorge Labala, director técnico de Vetifarma en su disertación en Fericerdo.

“Cuando hablamos de maximizar la rentabilidad en el engorde no solo tenemos que tener en cuenta nuestros costos sino también el precio de venta por kilo de cerdo, y después puertas adentro tenemos que tener en cuenta la productividad, el índice de conversión, la ganancia diaria, el costo por kilo producido; y fundamentalmente la relación entre lo que nos pagan por el cerdo y lo que gastamos para producirlo”, comenzó diciendo Labala en diálogo con El Productor Porcino.

Con la lupa sobre el engorde

En momentos como el que nos toca atravesar en Argentina, con movimientos bruscos en los costos de producción y márgenes ajustados, maximizar la rentabilidad se vuelve una prima fundamental. En ese sentido, Jorge Labala abordó en detalle la fase de engorde en la producción porcina, como un aporte al sector: “El engorde es muy importante por el volumen de alimento que se consume. En el engorde gastamos más del 60% del alimento y además es donde se produce la mayor cantidad de kilos de carne. Si vendemos un cerdo con 130 kilos, 100 kilos los producimos en el engorde. Teniendo en cuenta todo esto, la importancia del engorde es crucial porque nos marca los resultados generales de la granja”, explicó.

Para Labala, hay una serie de puntos clave a considerar sobre la alimentación porcina, sin afectar los factores nutricionales: “Lo primero es considerar programas nutricionales acordes, que contemplen fases de alimentación. Hoy podemos hacer programas de alimentación diferenciados para machos, hembras, para machos inmunocastrados”, enumeró Labala y recordó que cada animal tiene un requerimiento específico que hay que cubrir.

Otro tema importante, según el médico veterinario responsable del departamento técnico de Vetifarma, es la formulación de las dietas, “teniendo en cuenta principalmente la energía que es el 50% del costo del alimento, y hay que determinar si conviene hacer dietas de alta o baja energía, que nos va a determinar el índice de conversión, la ganancia diaria de peso y el costo”.

Otro punto importante para Labala y que, asegura, no siempre se le da la importancia que merece, es el agua: “Necesitamos que los cerdos tomen agua de óptima calidad y que esté a libre disposición, porque es fundamental para que pueda convertir el alimento en carne”.

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