Juan Luis Uccelli presenta un planteo diferente sobre una enfermedad que afecta a la producción porcina en su conjunto “por la negligencia de algunos”, según el analista. “La Triquinelosis no es sólo una cuestión sanitaria, es fundamentalmente política”, critica.

 

 

 

 

La columna completa:

 

 

Según la OMSA (Organización Mundial de Sanidad Animal) la triquinelosis (o triquinosis) se propaga por el consumo de carne infectada o de productos a base de carne infectada. Se transmite entre animales por predación e ingestión de desperdicios; en el caso de los porcinos, por alimentación con sobras de carne o productos de carne sin cocer o por comer ratas; y en el hombre, por consumo de carne o de productos a base de carne insuficientemente cocidos procedentes de un animal infectado.

 

 

 

Es una zoonosis grave (enfermedad de los animales que puede infectar al ser humano) causada por nemátodos parasitarios (ascárides) de la familia Trichinella. Hay ocho especies de este género, algunos resistentes a la congelación, con distintas especificaciones geográficas y huéspedes.

 

Presente en todo el mundo, la Trichinella spp. puede infectar a la mayor parte de mamíferos. En nuestro país está presente y por tal motivo se promulgo la Ley N° 11.848/1934. También más reciente la Resolución N° 555/2006 de la SAGPyA aprobando el “Programa de Control y Erradicación de la Triquinelosis en la República Argentina”.

 

La técnica de digestión artificial representa una herramienta que posibilita el diagnóstico y es obligatoria en todos los establecimientos en que se faenen cerdos y la realizan algunas municipalidades para garantizar el consumo familiar. Cabe señalar que ninguna persona sensata le daría de comer a su propia familia animales que fueron mal alimentados y con basura.

 

Un tema interesante es que, según datos provistos por SENASA desde enero de 2021 hasta la fecha, en los 1.691.189.000 kilos faenados fueron rechazados por dar positivos al análisis y enviados a decomiso 21.447 kg. o sea, el 0.0000013% del total de kilos. Más allá de la cifra insignificante, gran parte de dichos positivos son de faenas controladas.

 

Primera conclusión importante, los animales que pasan por un lugar de faena al ser controlados y ser positivos, son decomisados y no generan ningún problema a la población, que consume la carne de cerdos sanos.

 

 

 

 

¿Dónde radica el problema?

 

En todos los casos que se encuentran y se hace el análisis de origen de los animales, se termina que los mismos fueron alimentados con basura o vienen de un basural.

 

El cerdo debe comer y la basura no es alimento, razón por la cual tienen demasiada hambre. En los basurales hay ratas. Las ratas que son portadoras de la triquina tienen dificultades para moverse y son presas del hambre de los cerdos, terminando por pasar la enfermedad al propio animal. Luego la faena se hace de forma clandestina y, con un solo cerdo, se pueden hacer entre 80 y 120 kilos de salames o chorizos secos, proceso que no mata la triquina.

 

Estos productos con frecuencia se venden en las rutas, o lugares no habilitados, con un hermoso cartel que dice Caseros y trata de seducir a los que circulan.

 

Segunda conclusión, si el cerdo se alimenta de un buen alimento, nunca comerá una rata y por lo tanto no será portador de la enfermedad (los resultados de la faena controlada lo demuestran).

 

¿De quién es la culpa?

 

Hablamos de basura y de basurales. En todo el territorio nacional los responsables de la basura son las intendencias o departamentos y estos dependen de un intendente o jefe comunal. Acá es cuando definimos que la triquinelosis no es una enfermedad solo sanitaria, sino fundamentalmente política.

 

Si los basurales están controlados y no hay cerdos y el destino de la basura es el propio basural y no algún juntadero de cerdos (no se puede llamar criadero o invernadero), el tema está solucionado.

 

La famosa frase muerto el perro se acaba la rabia, calza perfectamente es esta situación. Por lo tanto, si hay cerdos en basurales, el intendente o jefe comunal debería ser partícipe necesario (más allá de los funcionarios de menor rango) y penalmente responsable. ¿Vimos a algún intendente o jefe comunal con una causa penal por esta situación? No.

 

Daños

 

La producción de cerdos ha demostrado tener una evolución impresionante y tiene un futuro increíble, pero cada vez que aparece en letras rojas o amarillas en la tapa de un diario que hubo casos humanos de triquinosis por haber ingerido carne de cerdo, le explota una bomba a toda la cadena de valor que hace bien las cosas e inmediatamente baja el consumo.

 

 

Estupideces

 

Hace unos días salió una nota relacionada con un tweet de una doctora mostrando unos cortes de Bondiola en una sartén y resaltando las marcas de algunos puntos blancos. Ella afirmaba que, como era doctora humana y tenía conocimiento, lo que se veía era la triquina y alertaba a la gente por el consumo de carne de cerdo.

 

Lo insólito es que para poder detectar la triquina es necesario hacer la digestión enzimática con pepsina y luego verla en el microscopio.

 

Salvo que la doctora tenga una vista que equipare al microscopio (cosa que me permito dudar) lo que veía no era triquinosis, pero dicha publicación tuvo una visita de mucha gente que se quedó con la opinión de una “experta”.

 

La mala prensa que recibe el sector afecta toda la inversión que se hizo y todo el trabajo que genera y se ve que a nadie le importó.

 

Aún el sector privado y público no es consiente que el callar, otorga, que el no encontrar a los responsables penales de los casos de triquinelosis, complica y que esperar que otro solucione el tema y no hacerse cargo del mismo, retrasa.