“El 2024 ha sido un año de desafíos inéditos para nuestro sector. Pero lo importante no es sólo recordar lo que pasó, sino aprender de ello y, como decía Maradona, ‘que no se nos escape la tortuga’ ahora que la situación empieza a reacomodarse” interpela la columna editorial de la última edición de la Revista Porcinos de la FPA.
La columna completa:
El 2024 ha sido un año de desafíos inéditos para nuestro sector. Las pérdidas millonarias, la caída del consumo y la inestabilidad en los precios del capón pusieron a prueba a cada productor. Pero lo importante no es sólo recordar lo que pasó, sino aprender de ello y, como decía Maradona, "que no se nos escape la tortuga" ahora que la situación empieza a reacomodarse. Está más que claro que no podemos cometer los mismos errores y lo que vivimos este año no puede repetirse.
Los recientes logros, como la quita de retenciones a las exportaciones y la mejora en los precios no son un punto de llegada, sino de partida. Ya quedó demostrado que un sector unido logra resultados más rápidamente. Nuestro trabajo debe centrarse en mantener ese camino en donde juntos, el esfuerzo de cada productor, cada cámara territorial y cada eslabón de la cadena hace la diferencia.
La solución está en no bajar la guardia y trabajar en áreas clave.
En primer lugar, la promoción del consumo de carne de cerdo debe ser constante y a largo plazo. La campaña de este año ha dado resultados, pero todavía queda mucho por hacer para que cortes como la paleta y el jamón se posicionen definitivamente en la mesa de los argentinos. Cada acción cuenta y debemos continuar invirtiendo en comunicar y posicionar las propiedades de nuestra carne, sus beneficios para la salud y la economía familiar.
En segundo lugar, necesitamos un sector primario fuerte y con un estatus sanitario intachable. La sanidad es nuestra carta de presentación al mundo y la base sobre la cual se construye toda la cadena de valor. No podemos bajar la guardia en este aspecto, porque cualquier descuido puede poner en riesgo a la producción, generando un impacto económico muy delicado, tal como sucedió meses atrás con la Enfermedad de Aujeszky.
Por último, pero no menos importante, necesitamos una estrategia exportadora sólida. La apertura de nuevos mercados como Uruguay o el reciente acuerdo con Filipinas son solo el principio. Tener una política exportadora como sector no sólo mantiene mercados abiertos, sino que principalmente ayuda a equilibrar el mercado interno, dando mayor estabilidad a los productores.
El desafío está claro: no dejemos que se nos escape la tortuga por segunda vez. Sigamos trabajando juntos, con visión y compromiso.
El 2025 puede ser el año en que consolidemos lo logrado y sentemos las bases para un sector porcino más fuerte y sostenible.
Fuente: Revista Porcinos N°898 | Diciembre 2024 | Federación Porcina Argentina.