Jorge Brunori expuso su análisis de la compleja situación del sector porcino en la Jornada Regional Porcina de Realicó, y remarcó que “necesitamos que el precio del capón aumente, pero si subiera mucho probablemente se nos caería el consumo”

Por qué es tan compleja la situación actual del sector porcino 

El sector porcino atraviesa un momento de dificultades en varios frentes: El costo de producción en alza, el precio del capón estancado, las exportaciones en baja y las importaciones de carne de Brasil sin freno aparente. El panorama general resulta bastante desalentador. Toda esperanza está puesta en que se sostenga el aumento del consumo interno y en que se normalice el comercio exterior para que continúe su incipiente desarrollo. Sin embargo, deben darse ciertas condiciones.

Para Brunori “Lo primero que hay que definir es que el sector porcino destina el 95% de su producción al mercado interno y el 5% restante, que este año quizá sea menos, al mercado de exportación. El consumidor argentino tiene un poder adquisitivo que no es el mejor, producto de la situación macroeconómica del país”.

“Por otro lado, el productor porcino tiene el 70% de su costo de producción, que es maíz y soja, en dólares. En un mercado totalmente volatilizado hoy, por varios factores, pero el más importante hoy quizá sea la guerra. Mientras tanto no aumenta el precio del capón porque el mercado interno no se lo permite. Es decir, si subiera mucho el precio del capón probablemente se nos caería el consumo”, explicó Brunori.

La vista (y la esperanza) está puesta en el segundo semestre del año. “Hay que ver qué pasa en la segunda mitad del año”, dijo el especialista. “Como ocurrió en los últimos siete años, si el precio del capón se empieza a mover y a crecer para compensar los costos de producción y mejorar la rentabilidad, sin que se nos caiga el consumo”, indicó.

Por su parte, el comercio exterior con su propia dinámica, también nos juega en contra: “Las importaciones han aumentado casi el 80% comparándolo interanualmente entre 2020 y 2021; y siguen aumentando. Eso, en un momento tan complejo como el que estamos travesando, dificulta mucho la situación. Sobre todo, cuando analizamos determinados cortes como la bondiola, por ejemplo, la participación de la brasilera en el mercado local se estima en más del 50%”. Los números de las exportaciones tampoco nos favorecen, “porque han caído drásticamente, producto de que China ha convulsionado el mercado internacional porque ha dejado de demandar carne de cerdo y esta pagando mucho menos lo poco que compra”.

A lo anterior se suma la distorsión del dólar oficial, que es otra variable que alimenta la complejidad: “Cuando tenés un dólar atrasado hay mayor facilidad para importar y menos competitividad para exportar. Para comparar el precio del capón de los últimos doce meses de Brasil, que es de donde importamos principalmente, en dólares el capón está en u$s1,16 mientras el capón en Argentina está a u$s1,60”, explicó.

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