Los minerales orgánicos ganan terreno en la nutrición de cerdas hiperprolíficas. Mejores partos, lechones más fuertes y madres más sanas: te contamos por qué esta herramienta nutricional está cambiando las reglas del juego en la producción porcina. Un artículo del equipo técnico de Bioter.

En cada camada, hay una batalla silenciosa que se libra dentro del cuerpo de la cerda. El desarrollo de los fetos, la producción de calostro y leche, y hasta el retorno al celo después del parto dependen de algo que no se ve a simple vista: los “minerales traza”. Aunque son necesarios en cantidades muy pequeñas, su rol es enorme.
Hasta ahora, la mayoría de las granjas usaban minerales inorgánicos (como sulfatos u óxidos), pero estos presentan un problema: al mezclarse con el alimento o el agua, pueden perder su efectividad o incluso interferir entre sí. En cambio, los minerales orgánicos —también llamados quelatados— tienen una estructura más estable y se absorben mejor en el organismo de la cerda.
Cuando hablamos de cerdas hiperprolíficas (aquellas que paren grandes camadas), cada nutriente cuenta. Durante los primeros 35 días después del servicio, se define cuántos embriones se desarrollarán. Aquí es donde los minerales orgánicos marcan la diferencia: se ha comprobado que ayudan a que nazcan más lechones y que más de ellos lleguen vivos al parto.
Pero el beneficio no termina ahí. En la etapa más crítica —el nacimiento y los primeros días de vida—, los lechones dependen 100% del calostro. Cerdas alimentadas con minerales orgánicos producen un calostro más rico en minerales clave como cobre (Cu), selenio (Se), fósforo (P) y magnesio (Mg), esenciales para que los lechones se desarrollen bien desde el primer momento.
El nacimiento es un momento de alto estrés para la madre y para los lechones. El cuerpo de la cerda sufre un desequilibrio llamado “estrés oxidativo” que puede afectar su salud y la de la camada. Los minerales orgánicos ayudan a mejorar las defensas naturales del organismo, activando enzimas antioxidantes tanto en la cerda como en sus crías.
Además, fortalecen el sistema inmunológico. Cerdas que consumen estos minerales producen más inmunoglobulinas (IgA, IgG e IgM), las defensas que se transmiten a los lechones a través de la leche. ¿El resultado? Lechones más resistentes a infecciones y con mejor capacidad de crecimiento.
Reemplazar total o parcialmente los minerales inorgánicos por minerales orgánicos en la dieta de las cerdas no es una moda, sino una estrategia nutricional basada en resultados. Mejora la salud de la cerda, fortalece a los lechones desde el nacimiento y puede marcar la diferencia entre una camada promedio y una camada destacada.
Para el productor, esto significa más eficiencia, menos pérdidas y un paso adelante en el manejo nutricional de madres de alta productividad.
Leé el artículo original:
Minerales quelatados: ¿cómo influyen en cerdas de alta prolificidad?
Los minerales traza (MT) son nutrientes esenciales debido a su papel vital en procesos fisiológicos, incluyendo funciones estructurales y metabólicas. En cerdas, son fundamentales para el metabolismo y el crecimiento de los fetos, así como para la producción de calostro y leche y la involución uterina. La NRC 2012, estimó un requerimiento para cerdas gestantes.
En la industria porcina, los MT se suplementan en diferentes niveles frecuentemente con fuentes inorgánicas (IMT), la mayoría en forma de sulfatos y óxidos. Los sulfatos poseen una estructura inestable que los hace altamente solubles en agua y en soluciones ácidas, promoviendo una interacción negativa con otros componentes del alimento como el ácido fítico y otros minerales. Por el contrario, los MT orgánicos (OMT) presentan una estructura química estable siendo menos propensos a las interacciones con el alimento, presentando una mayor biodisponibilidad mineral.
En cerdas hiperprolíficas, la nutrición con MT, mejora el desarrollo y la supervivencia del feto dentro de la camada. Durante la gestación, 35 días pos apareamiento, cuando se ha establecido la implantación embrionaria y el tamaño potencial de la camada, la capacidad uterina comienza a ser el principal factor limitante del desarrollo fetal, lo que implica una mayor competencia fetal por los nutrientes maternos disponibles para crecer y sobrevivir. Ha sido objeto de estudio la suplementación completa con OMT en dietas de cerdas, observando aumentos en el número total de lechones y los lechones nacidos vivos al momento del parto en comparación con IMT.
Durante la fase perinatal, la nutrición de los lechones depende completamente de la transferencia placentaria y de calostro. En cerdas hiperprolíficas, esta transferencia podría no ser óptima. El mayor contenido mineral en el calostro y el suero de cerdas suplementadas con OMT refleja una mejor transferencia posnatal de nutrientes para el desarrollo neonatal. De igual manera, la suplementación con OMT en las dietas de las cerdas resulta en un aumento del contenido de Cu, Se, P y Mg en el calostro, en comparación con las dietas IMT.
El Se (actividad antioxidante, antiinflamatoria y antibacteriana) también aumenta en el suero de las cerdas al día 14 de lactancia y en el suero de los lechones al día 21 mejorando la actividad inmunomoduladora. La concentración de Mn en el calostro y la leche, siguen los mismos patrones de aumento.
En relación con el estado antioxidante de los animales, el desequilibrio redox suele desencadenarse durante la gestación, el parto y la lactancia de la cerda hiperprolifica, lo que provoca estrés oxidativo posparto y daño orgánico en la madre y en el recién nacido. La incorporación de OMT a dietas de cerdas aumenta la actividad sérica de las enzimas antioxidantes al día 107 de gestación y en los lechones al día 21. La enzima dependiente de Mn es importante en el sistema antioxidante, y la deficiencia de Mn en cerdas se relaciona con un menor peso de la camada al nacer y un retraso en el retorno al estro. Así, el aumento de los niveles de Mn en cerdas con minerales quelatados puede contribuir a un mejor peso al nacer de los lechones. Los lechones recién nacidos también experimentan estrés oxidativo severo al nacer debido a la debilidad de su sistema antioxidante. La suplementación dietética con OMT mejoró el estado redox que puede deberse a una mejor utilización de Se en las cerdas.
Respecto a la inmunidad de las cerdas, los minerales juegan un rol fundamental para mantener el equilibrio del sistema y su alteración puede provocar un parto prematuro o la muerte fetal. En comparación con IMT, los OMT tienen mayor influencia en los niveles de inmunoglobulinas. Esto representa una mejora en la capacidad inmunomoduladora de las cerdas durante la lactancia, así como la de los lechones, lo que posteriormente beneficia el crecimiento y el desarrollo de los mismos.
El estado inmunitario, como lo indican los niveles más altos de inmunoglobulinas (IgA, IgG e IgM) en la leche y el suero de cerdas y lechones, ha sido documentado con suplementos de IMT. El aumento del nivel de IgA en lechones proviene de la leche de las cerdas, lo que mejora su capacidad antibacteriana y antiinfecciosa.
Ante lo expuesto, se concluye que, la sustitución parcial o total de MT inorgánicos por sus contrapartes orgánicos representa una estrategia nutricional con efectos positivos en las hembras hiperprolíficas mejorando la salud de los lechones neonatos, el crecimiento, sobrevivencia, el aumento de peso, la inmunidad y el estado antioxidante, entre otros. Siendo además los minerales orgánicos fuentes de mayor biodisponibilidad y transferencia desde la dieta hacia los tejidos.
Referencias
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