Luego de las medidas del Gobierno Nacional que favorecen la importación de carne porcina y complican a la producción porcina local, Eduardo Terrado, director de Producción Porcina de la Nación, brinda detalles y opina sobre la situación en una extensa e imperdible entrevista exclusiva con El Productor Porcino.
El 12 de marzo pasado, mientras el Ministerio de Economía decidía favorecer las importaciones, Eduardo Terrado estaba participando de
la inauguración de una planta industrial de nutrición porcina en Despeñaderos (Cba), donde el equipo de
El Productor Porcino capturaba esta imagen.
Es sabido por todos que la decisión del Ministerio de Economía de reducir los plazos de pagos de importaciones de alimentos (entre los cuales se encuentra la carne porcina y sus derivados) y eliminar el pago de percepciones de ganancias e IVA, fue inconsulta e intempestiva.
“Me enteré porque me explotó el teléfono”, comienza narrando el ingeniero Eduardo Terrado, director de Producción Porcina, dependiente de la Secretaría de Bioeconomía, que opera bajo la órbita del Ministerio de Economía conducido por Luis Caputo. La misma oficina que decidió aprobar la “sugerencia” de los supermercadistas de facilitar importaciones de alimentos con el objetivo de bajar sus precios en góndola.
La carne porcina está incluida en el listado junto con carne bovina, aviar, pescados, lácteos, huevos y todos sus derivados; entre otra veintena de productos de la canasta básica de alimentos e higiene.
La cadena porcina entera reaccionó firmemente desde el momento en que se conoció la noticia- y ha dado sobrada muestra de lo injusto de la medida debido a que, en principio, la carne porcina bajó su precio en los últimos meses: “La carne porcina en los últimos meses, incluso bajó, generó deflación”, dice Terrado.
Inmediatamente después, el propio director de producción porcina, junto al secretario Vilella y distintos organismos que nuclean a productores e industriales, redactaron un informe y lo elevaron al Ministerio de Caputo, con la esperanza de revertir la medida: “Le manifestamos que hay una visión distorsionada de nuestro sector, que había bajado el precio de la carne al gancho, del capón, del chacinado”, declara.
“Entendemos que esta medida no es nada en contra del sector directamente, no es ´personal´, copiaron y pegaron las posiciones arancelarias de todos los productos; evidentemente la prioridad de ellos fue reducir la inflación”, dice Terrado y agrega: “Tenemos claro que quedamos en desigualdad de condiciones”, se lamenta.
Ractopamina, salud pública y otra mala noticia para el sector porcino argentino
Brasil produce con Ractopamina, un promotor de crecimiento que favorece la reducción de costos de producción, pero cuyo uso está prohibido en Argentina y en más de 100 países por posibles efectos adversos en la salud de los consumidores.
Al respecto, Terrado menciona que, incluso antes de la medida implementada la semana pasada, desde la Dirección estaban trabajando para que se prohibiera el ingreso de carnes con Ractopamina. Allí se depositaron -entonces con más fuerzas- las esperanzas de frenar de alguna manera el ingreso de un volumen importante de carne brasilera.
Sin embargo, la novedad que presenta Terrado es que los monitoreos que realiza Senasa en frontera con regularidad sobre muestras de la carne que ingresa a nuestro territorio, dan cuenta de que aproximadamente la mitad está libre de Ractopamina y el resto contiene algunos residuos, aunque todos por debajo de las 10 ppb, el máximo nivel admitido por el Códex (Código Alimentario internacional).
“Si morimos, será con las botas puestas”
Terrado insiste en que, ante esta situación, que considera “injusta” para el sector porcino, “estamos muy conscientes de lo que está pasando, de lo que pasó y de lo que puede llegar a pasar; hay que seguir trabajando” e insiste en la importancia de que el sector se mantenga unido como hasta ahora.
Terrado destaca el trabajo conjunto que están realizando entidades como la Federación Porcina Argentina (FPA), la Cámara de Pequeños y Medianos Productores de Porcinos (CAPEMPPOR), la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (CAICHA), INTA, Senasa y su Dirección para dar pelea e intentar exponer el enorme revés que estas medidas significan para un sector que es estratégico para el país.
“Hay mucha gente que no me conoce. Durante 42 años fui bombero. ¿Qué significa esto? Que si yo no supiera jugar en equipo me hubiera muerto en acto de servicio, en un incendio, un accidente o un derrame. Jugar en equipo a mí me salvó la vida. Y ahora con esto, sigo laburando de la misma manera”, relata.
“El sector necesita un respaldo legal con la Ley Nacional, necesitamos poner en marcha de una vez por todas el plan nacional de Aujeszky, establecer un sistema de información pública lo más rápida, clara y transparente, unificar los precios de referencia, gestionar financiamiento; necesitamos seguir adelante” dice Terrado. “Estábamos en crisis, veníamos bajando y ahora nos salen con la importación. Es real. Pero también es real que le pusimos el pecho y le vamos a seguir poniendo el pecho a las balas, y unidos. La unión es lo que nos fortalece. Estamos todas las entidades trabajando a la par, todo el tiempo comunicándonos y trabajando juntos; haciendo todo lo posible para que no maten al sector. Y si hay que morir, será con las botas puestas”, comparte el ingeniero Eduardo Terrado, de vasta trayectoria en el sector porcino privado, ahora funcionario.
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