Un equipo de más de 25 investigadores de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de Esperanza probó un prototipo de ciclador desarrollado por una empresa de bioingeniería. El cerdo de 80 kilos, estuvo conectado durante 24 horas. El desarrollo busca contribuir en la lucha contra COVID-19
Se viralizó la semana pasada un video junto a la leyenda: “Vamos la Educación Pública!!!”. En primer plano, el prototipo funcionando. Un poco más allá el animal, intubado y canalizado sobre una camilla. A su alrededor, un grupo de personas vestido con indumentaria de quirófano, trabaja en mantener estable al animal. Ajustan las variables, miden los resultados, intercambian, hacen Patria con ciencia en una mano y tecnología en la otra.
Se trata de un dispositivo para asistencia a pacientes con insuficiencia respiratoria. Este ciclador automático fue desarrollado por InBio SA, grupo de la ciudad de Rafaela que presentó la iniciativa al Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe como una alternativa válida al uso de los respiradores comerciales autorizados, en caso de que la emergencia sanitaria generada por el Coronavirus COVID-19 derive en una situación crítica del sistema de salud y éste no cuente con suficientes respiradores para cubrir la demanda de los pacientes.
En el proyecto, según se informó, también está involucrada la Universidad Nacional de Rafaela y el Centro Tecnológico (CenTec).
En este contexto, el Hospital de Salud Animal de la FCV-UNL y el Centro de Medicina Comparada (FCV-UNL e ICiVet-Litoral) fueron marco para este examen en el que se efectuó una prueba de concepto de la eficacia del equipo prototipo de respirador. Se trata de un “Ciclador Automático para Resucitador (CAR)”, controlado por volumen, con seteo de frecuencia respiratoria, tiempo inspiratorio, monitoreo de la presión pico inspiratoria y presiones positivas al final de la expiración (PEEP).
Hugo Ortega, vicedecano de FCV-UNL y director del ICiVet-Litoral informó: “Recibimos un requerimiento que ingresó por el Centro de Medicina Comparada para realizar una prueba de concepto de este prototipo de respirador artificial. El objetivo es realizar un test de eficacia y seguridad”. Luego indicó que ante esta demanda “se conformó un equipo interdisciplinario de más de 25 profesionales y, en menos de una semana se resolvieron los protocolos -que generalmente demoran un mes y medio o dos meses- se consiguieron los materiales y las instalaciones para llevar adelante un desafío que no tiene antecedentes, por la duración y complejidad del procedimiento efectuado".
Ortega remarcó que “en este trabajo se conjugan la experiencia de un grupo interdisciplinario de docentes e investigadores de la FCV-UNL y del ICiVet-Litoral, sumado a que el CMC cuenta con las certificaciones y habilitaciones correspondientes de SENASA, ANMAT, ISO 9001 y BPL-OCDE, teniendo experiencia y reconocimiento de las agencias regulatorias nacionales y de la región”.
“En el equipo de profesionales había veterinarios, cirujanos, anestesistas, ultrasonografistas, muchísimas especialidades, asuntos regulatorios y demás; para dar la respuesta rápida que la situación requiere”, dijo Ortega.
La prueba
“Se tuvo a un cerdo de 80 kilos anestesiado, durante más de 24 horas, simulando a un paciente en coma”, detalló Ortega, y agregó: “Se eligió esa especie porque es la más parecida al humano, y ese peso porque es el peso aproximado de un humano adulto”.
El animal, durante todo ese tiempo estuvo con el soporte vital del respirador. Ortega explicó que “El equipo respondió perfectamente y mantuvo las constantes vitales dentro de los rangos esperados. Durante el ensayo se midieron gases en sangre, presión arterial, presión ventilatoria, volúmenes, variables hematológicas con pH, iones en sangre y demás. Se demostró que el equipo mantuvo al animal sin ninguna alteración durante todo el periodo que lo estuvimos estudiando”.
Una vez que el equipo de profesionales comprobó la eficacia y seguridad del prototipo, emitió un informe a la empresa. Con él la empresa podrá acceder a financiamiento nacional para producirlos en escala y ponerlos a disposición del sistema de salud en caso de que la situación nacional frente a la pandemia lo requiera.