Por los efectos de la sequía en España, estiman que se faenarán 150 mil cerdos de bellota menos, lo que representa entre un 15 y un 20% de disminución de la producción que, se reflejará dentro de cuatro años en un aumento de los precios del jamón más selecto del mundo.
Los efectos de la sequía en España llegan a la dehesa extremeña, poniendo en riesgo el que fuera un berjel de bellotas para los cerdos y, como consecuencia, la producción de jamón ibérico.
Las altas temperaturas y la escasez de recursos hidrícos han provocado que la producción de bellota disminuya entre un 20 y un 25 %, lo que ha provocado que los animales tarden más en llegar hasta su peso ideal y que los ganaderos retrasen la matanza.
Así lo explica Rodrigo Cárdeno Sánchez, dueño de una finca de Badajoz: "Obviamente, la producción de hierba y bellotas ha sido mucho menor este año. Estamos hablando de un animal que debería entrar en octubre con 90 kilos y salir en enero con aproximadamente 150 kg, 140 kg".
Según la previsión de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI), en esta montanera (que es la última fase de la cría del cerdo ibérico y consiste en dejar pastar al cerdo en la dehesa, donde se produce el engorde tradicional, entre bosques de alcornoques y encinas) 2022-23 se va a sacrificar entre un 15 % y un 20 % menos de cerdos de bellota respecto a la campaña anterior 2021-22.
Esto equivale a unos 150 000 animales menos, por lo que dentro de 4 años puede haber menos jamón y más caro.
Emilio Muñoz, gerente de Ilunion Ibéricos de Azuaga, califica de desastre la situación: "Entre 2.000 y 3.000 cerdos. Hemos reducido entre un 15% y un 20% de lo que teníamos previsto. Los gastos han llegado al mismo nivel que los ingresos y es un desastre".
Para paliar esta problemática, algunos ganaderos han tenido que aumentar el número de hectáreas o reducir el número de cerdos. Ambas opciones suponen una importante pérdida de rentabilidad, que ya se está viendo mermada por el aumento de los costes de producción.
El cambio climático no sólo afecta al sacrificio, sino también a la venta de hembras reproductoras y de cerdos en fase de crecimiento. Además, según los expertos, no será fácil recuperar las cifras anteriores dado el largo y costoso ciclo de vida del cerdo ibérico, especialmente en un contexto de encarecimiento de los piensos que comenzó con la pandemia y se disparó con la guerra de Ucrania.
Fuente: Euronews