Dialogamos con el médico veterinario Guillermo Lloveras, quien integra la Cámara Argentina de Empresas de Genética Porcina, para conocer en detalle los motivos por los que se unieron y el camino que pretenden recorrer en adelante.

 

 

 

 

“En menos de medio siglo estamos produciendo más del doble de carne de cerdo con menos de la mitad del alimento. Eso lo ha hecho la genética. La evolución de la producción porcina está marcada por los avances genéticos. Y, como el espíritu de las empresas de genética argentinas es seguir siendo ejes en la producción de nuestro país, la cámara responde de alguna manera a esa necesidad. Antes esos avances los impulsaba cada empresa por su cuenta, ahora con la cámara, se harán jugando en equipo”, dice Guillermo Lloveras, socio gerente de Genporc y miembro de la Comisión Directiva de la flamante Cámara Argentina de Empresas de Genética Porcina (CAEGP).

 

 

 

La CAEGP nació oficialmente en las últimas semanas para “promover la cooperación entre entidades e individuos involucrados en actividades relacionadas con la genética porcina entre las diferentes organizaciones, instituciones y representantes del ámbito público y privado”, reza el documento difundido por la entidad. Su función ulterior es mejorar los procesos genéticos y transferir más rápidamente la mejor tecnología al productor de carne de cerdo.

 

Con la formación de la Cámara, para Lloveras, se unificarán los esfuerzos y se agilizará la comunicación con organismos de la esfera pública, las gestiones, el diálogo y las acciones conjuntas con otras empresas y, sobre todo, con los productores; “la formación de la cámara es un logro muy importante para todos en el sector porcino”, evalúa Lloveras.

 

 

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