Antes de lo esperado, los precios del cerdo en China han comenzado a subir: los valores de los cortes al mostrador han acelerado la suba y ya se ubican 45 por ciento por encima de un año atrás. Un análisis de Ignacio Iriarte para El Litoral
El precio del lechón de engorde, categoría vital para miles de criadores que intentan reiniciar la actividad después de haber liquidado su criadero a causa de la peste, se ubica –según las regiones de China– entre 90 y 110 por ciento por encima de un año atrás. La mayoría de los analistas coincide en que los stocks de carne acumulados en cámara han comenzado a ser insuficientes para contener la suba de precios.
Los datos oficiales dicen que hasta agosto, el stock porcino ya había caído 38 por ciento, por lo que crece la posibilidad, tal como sostiene el Rabobank, que para fin de año China haya liquidado 50 por ciento de sus cerdos. Esto significa que para el año que viene, la producción de carne porcina se reduzca 20 millones de toneladas con respecto al 2018.
Este faltante es de tal magnitud que ni juntándose todos los países exportadores de carne pueden suplir –al menos en el corto y mediano plazo– el volumen que requiere este país. Para este año, puede estimarse que las importaciones de cerdo crecerán 800 mil toneladas hasta totalizar las 2,9 millones de toneladas, y que las de carne vacuna (legales más el contrabando) pasarán de 2,9 millones de toneladas el año pasado a 3,4 millones de toneladas este año.
Pero entre ambas carnes (cerdo y vacuno) se dará un aumento de “sólo” 1,6 millones de toneladas en las compras al exterior, una fracción de la producción perdida. En el caso de la carne aviar, se calcula que las importaciones llegarían este año a las 600 mil toneladas, observándose que el Gobierno apuesta a un aumento muy marcado (dos millones de toneladas este año y otras tanto el próximo) en la producción doméstica.
Limitaciones
Estados Unidos podría venderle hoy a China grandes volúmenes de carne de cerdo, pero las tarifas a la carne estadounidense, cercanas al 70 por ciento a causa de la guerra comercial, impide a los farmers americanos aprovechar la oportunidad.
Si analizamos el caso de la carne vacuna, puede estimarse que a través de la Aduana China se importarán este año 2,3 millones de toneladas peso res, unas 800 mil más que el año pasado, a lo que habría que agregar unas 600 mil de carne de búfalo de la India (un 15 por ciento menos), que ingresan ilegalmente a través de Vietnam, y otras 450 mil ton (17 por ciento por debajo) que entran también en forma “no registrada” desde Hong Kong.
Parte del impresionante aumento en las importaciones oficiales obedecería a una reducción del contrabando. Sumando los tres orígenes (Aduana oficial, Vietnam, Hong Kong), el incremento de las importaciones chinas de carne vacuna sería este año de unas 500 mil toneladas, volumen insuficiente para abastecer el creciente consumo doméstico, que se venía dando inclusive antes del episodio de la fiebre porcina africana.
Un desbalance tan marcado entre los volúmenes ofrecidos por los principales exportadores y los que potencialmente puede demandar China, en algún momento tiene que reflejarse en los precios de importación, que en el último año ya han subido un 20% para la carne argentina a ese destino.
En las últimas dos semanas, los precios FOB de la carne que se vende a China insinúan una nueva mejora.
La suba de los valores de importación de China está teniendo un efecto alcista sobre los precios de la manufactura importada por Estados Unidos, mercado que ha comenzado a ser desabastecido: tanto Australia como Nueva Zelandia ya embarcan más a China que a Estados Unidos.
Fuente: El Litoral