Las operaciones en el mercado de Chicago de referencia para las materias primas agropecuarias se volvieron frenéticas luego de que fuerzas rusas lanzaran un ataque contra Kiev, la capital de Ucrania.
La soja, cuyo contrato vence en marzo próximo cotizó por la mañana a USD USD 618, para alcanzar su nivel más alto desde 2012, como consecuencia de las preocupaciones con relación a los suministros mundiales, también a las subas registradas en los mercados de aceites vegetales y a las proyecciones de menor producción en los Estados Unidos.
A las 15:15 horas de Argentina, la tonelada de soja en Chicago se pactaba a USD 612,37. El récord histórico para este producto fue de de USD 651, que marcó el 4 de septiembre de 2012.
Los futuros del trigo y el maíz en Estados Unidos subieron el jueves sobre los límites diarios de negociación permitidos, mientras que la soja alcanzó el nivel más alto desde 2012, después de que las fuerzas rusas atacaron Ucrania, lo que exacerbaba la preocupación por la oferta.
El trigo subía por tercer día, escalando su mayor nivel en más de nueve años, mientras que el maíz avanzaba a un máximo de ocho meses
Las fuerzas rusas invadieron Ucrania por tierra, aire y mar, confirmando los peores temores de Occidente con el mayor ataque de un Estado a otro en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Rusia y Ucrania representan alrededor del 29% de las exportaciones mundiales de trigo, el 19% de los suministros mundiales de maíz y el 80% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, por lo que los comerciantes temen que el conflicto obstruya el movimiento de las cosechas y desencadenar una disputa de los importadores para sustituir la oferta del Mar Negro.
“El aumento de los precios refleja el temor a una interrupción total de las exportaciones del Mar Negro”, dijo a Reuters Andree Defois, presidente de la consultora francesa Strategie Grains.
La tonelada de soja supera los USD 600 en Chicago, cada vez más cerca de su máximo de USD 651 de septiembre de 2012
“El problema es que los países importadores todavía tienen necesidades (de trigo), no estamos todavía al final de la campaña. Si vemos que dos o tres millones de toneladas se desplazan a otros orígenes, eso es muy alcista”, agregó.
El contrato de trigo de mayo más activo en la Bolsa de Comercio de Chicago se disparaba un 5,7% a 9,3475 dólares el bushel (USD 343,46 por tonelada), el más alto desde julio de 2012.
Sólo en febrero el trigo gana 21% en el mercado de Chicago, mientras que la soja avanza 17%, debido a la evolución de la situación en Ucrania. Ayer el precio de la oleaginosa alcanzó el mayor valor de los últimos 9 años.
El maíz subía hasta un 5,1% a 7,1625 dólares el bushel (USD 281,97 por tonelada), su máximo desde el 10 de junio, mientras que la soja para mayo ganaba un 2,8% a 7,18 dólares el bushel (USD 282,66 por tonelada), avanzando por sexta sesión consecutiva.
Los especialistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señalaron que “el fuerte trastocamiento de los mercados de aceites vegetales por el conflicto ruso-ucraniano lleva a subas en el aceite de soja y de palma. Esto se da por potenciales limitaciones en los embarques de aceite de girasol desde la región del Mar Negro, desde donde se exporta casi el 80% del aceite de girasol comercializado en el mundo”.
Alzas para todas las materias primas
La reacción de las materias primas agrícolas no es la única. El inicio de las acciones bélicas sacudió a los precios de todos los commodities. El precio del petróleo ha subido a más de 100 dólares el barril por primera vez en siete años. También los mercados se sacudieron. La moneda rusa, el rublo, se desplomó hasta un mínimo histórico frente al dólar y el euro mientras que los mercados europeos se desplomaron.
Por último, en materia de campaña de soja en la Argentina, el último relevamiento de la BCR planteó que se espera una producción de 40,5 millones de toneladas, lo cual significaría un nivel inferior a la campaña previa en 4,5 millones de toneladas. Si bien algunas regiones recibieron precipitaciones luego de la ola de calor experimentada en la primera quincena de enero, no fueron extendidas, agravándose la situación del cultivo. De esta forma, el 35% de la superficie sembrada con soja se encuentra en condiciones regulares a malas, y se perderían unas 750.000 hectáreas.