24 de noviembre del 2024

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09 ago. 2022

EL ARGENTINO COME CADA VEZ MÁS CARNE, PERO NO DE VACA

Con la caída en el consumo de carne bovina, se afianza la tendencia hacia la diversificación y crece la expectativa para cerdos y aves

Con la caída en el consumo de carne bovina, se afianza la tendencia hacia la diversificación y crece la expectativa para cerdos y aves

Un trabajo realizado por la Mesa de las Carnes –organismo integrado por asociaciones, cámaras y entidades ganaderas- estimó que un argentino consume cerca de 119 kilos de carne al año. Este informe contempla los cortes vacunos, porcinos, aviares, ovinos y de pescado.

Un argentino come –en promedio y al año– 48 kilos de carne vacuna, 46 kilos de pollo, 16 kilos porcina, 7 kilos de pescado y 2 kilos de ovina. Durante una charla en la que se abordó esta temática en el ámbito de la Exposición Rural de Palermo, el consultor en ganadería Victor Tonelli, consideró que “lejos de competir entre ellas, son socias que se benefician mutuamente”.

Una de las producciones más destacadas de los últimos años es la del sector avícola, que sostuvo un crecimiento constante en cuanto a exportación y mayor aún en el mercado interno.

Roberto Domenech, titular de la Cámara de Empresas Procesadoras Avícolas, destacó que “el huevo que incubamos en agosto va a nacer en septiembre y son pollos de noviembre, por lo tanto, en 30 / 40 días tendremos el año cerrado. Vamos a terminar en las 2.450.000 toneladas de producción. De ese total, como vienen desarrollándose las exportaciones, totalizarían 270 mil toneladas, es decir un 11% de la producción, similar a las del año pasado. Pero lo que está funcionando muy fuerte es el mercado interno, que tiene una demanda sostenida con abastecimiento fluido”.

Si miramos el total de las exportaciones de carnes, equivalen al 17% de la producción total y permite el ingreso de unos US$ 3.500 millones mientras que la facturación de todas las cadenas cárnicas alcanza los u$s 24.000 millones, y genera 717.000 empleos a nivel nacional.

Sin dudas, la exportación de carne bovina fue la de mayor crecimiento en los últimos años, a pesar de los cupos y las restricciones que sufre en la actualidad. En este sentido, es importante destacar que la carne de pollo y la de cerdo sirvieron de “espalda” para que la carne vacuna tomara ritmo en las ventas al exterior y aprovechara los altos precios internacionales.

Mirando al mercado interno, lo que manda a la hora de elegir qué protegían animal consumir es la variable precio. Según Domenech, “la gente va comprando lo que más le conviene y la realidad es que la carne de pollo y la de cerdo están en el paladar del consumidor argentino”.

En cuanto a la producción de cerdos, dentro de las carnes es la actividad de mayor crecimiento en los últimos 15 años, con un promedio anual de entre seis y siete por ciento, aunque durante 2022 debió soportar problemas de rentabilidad debido a los altos precios de los granos en el mercado internacional y al mismo tiempo sobrevivir a las indiscriminadas importaciones de carne de Brasil que pisaron el precio del producto para el criador, no así para el consumidor.

Juan Uccelli, titular de la consultora que lleva su nombre, aseguró que “en la actualidad se consumen 20 kilos por habitante por año y el objetivo de la cadena es llegar a los 30 kilos. El mercado interno está disponible porque la carne vacuna va dejando lugares libres y la que más posibilidades tiene para ocupar ese espacio es la carne de cerdo”.

Inversiones y perspectivas a futuro

Desde el sector avícola, aseguran que están todas las condiciones dadas para crecer en inversiones. Según Domenech, el sector está atrasado en las mejoras de los galpones, porque se trata de desembolsos muy importantes. “Existe un 20% de los galpones que son de última generación y eso representa unos 3 millones de metros cuadrados, pero nos faltan otros 9 millones para reconvertir. Los que están disponibles sólo sirven para criar pollos en primavera y en otoño, pero si los actualizan se puede criar también en verano e invierno”.

En el caso de la producción porcina, Uccelli destacó que el plan del sector radica en la incorporación de 200 mil cerdas. “Hoy tenemos cerca de 380 mil, tenemos que crecer un 50% y es una inversión bastante grande, porque por cada cerda se calcula entre 4000 y 5000 dólares”.

En la actividad porcina también se entregaron créditos que permitieron incorporar 15 mil madres, pero desde el sector aseguran que fueron líneas muy específicas y que se tardó mucho para conseguirlas.

Algo debe quedar claro en el mundo de las proteínas de origen animal. La Argentina nunca se va a quedar sin carnes. El sector porcino y el avícola tienen un gran futuro por delante, que podría permitir a la ganadería bovina dar un nuevo salto cuantitativo en materia de exportaciones, pero para eso se necesitará más financiamiento, modificaciones técnicas en el IVA para inversión (especialmente para el sector porcino) y un dólar competitivo que premie a quien exporta y no beneficie a quienes importan con un tipo de cambio subsidiado, perjudicando la producción nacional.

La oportunidad está latente, ya que, según estimaciones privadas del sector ganadero, en los próximos diez años las importaciones mundiales de las carnes vacunas, porcinas, aviares y ovinas demandarán 36 millones de toneladas adicionales, seis veces más de lo que produjo Argentina el año pasado.

Fuente Ámbito


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