Con la recomposición que atraviesa la cadena cárnica, los cortes porcinos vuelven a ser competitivos y una opción interesante para los consumidores, según reza parte del informe de enero de JLU Consultora
La suba de precios que afronta la carne vacuna es una realidad y los denominados “sustitutos” cobran relevancia en las preferencias de los consumidores, fundamentalmente por una necesidad económica.
Precisamente, el escenario se ha vuelto propicio para el sector porcino teniendo en cuenta que el cerdo en pie ya presenta un margen del 30% de diferencia con respecto al vacuno.
“En el corto plazo eso se reflejará en las carnicerías y el pechito de cerdo estará un 30 o 40% más barato que el asado”, remarca el analista Juan Luis Uccelli en su último informe mensual. Y agrega: “la carne vacuna atraviesa un período de recomposición por todo lo que no subió el año pasado y eso comienza a marcar nuevamente la histórica diferencia que existió siempre entre el precio del cerdo y el vacuno”.
Al respecto, analizó: “el año en general viene muy interesante porque la carne de cerdo va a estar más barata y tenemos expectativas de cerrar 2023 con resultados positivos”
De todas maneras, reconoció que la producción porcina ha tenido problemas para conseguir maíz y soja. “El dólar soja de diciembre tuvo un impacto negativo. Eso sumado a la sequía y al deseo de las personas de que exista un dólar maíz, elevó el costo de producción”, señaló.
“Lamentablemente febrero y marzo serán parecidos por lo menos hasta que aparezca el nuevo maíz y que las lluvias que se están dando beneficien y no agraven la situación. Argentina va a tener maíz y soja para darle de comer a los animales y habrá disponibilidad, pero hoy uno observa dos meses difíciles para el sector porcino”, reflexionó.
Las conclusiones del informe de enero de JLU Consultora
En enero se acabó el dólar soja II, pero sus consecuencias siguieron afectando a los sectores consumidores y transformadores nacionales, como los cerdos y los pollos. En todo el mes no hubo cotización en la Bolsa de Rosario, referente indiscutible de los precios de cereales y oleaginosas. También mucha complicación para poder conseguir producto (pellet de soja) ante la excusa que las fábricas no tenían soja para industrializar. A esto se le suma la sequía y la complejidad para conseguir maíz que, si bien hay, no es fácil adquirir. El efecto dólar soja alienta a muchos a esperar el dólar maíz y retener la mercadería.
Desde el Gobierno se implementó la devolución de parte del precio del dólar soja de diciembre con una curiosidad importante, a los productores de cerdos sólo hasta las 1.000 cerdas y en el caso de los pollos a todos. Al momento de este informe no hay más que buenas voluntades en la implementación de la devolución y hay muchos productores esperanzados en ser tocados por la varita de la suerte y lograr la devolución de parte de lo que ya gastaron. Las experiencias anteriores no son buenas, pero siempre se puede cambiar y no hay que dejar de ser optimista.
Lamentablemente los que no aprenden de sus errores son los funcionarios y pensar que, haciendo un cambio exclusivo a un sector, pueden afectar de forma significativa a muchos sectores.
Seguimos tapando los agujeros del tanque pinchado con los dedos y los dedos se están acabando. Se habla de un dólar maíz, de un dólar carne y no se va al fondo de la cuestión que es que el dólar oficial sigue atrasado.
El precio del cerdo se mantuvo tranquilo y hay una tendencia marcada por PORMAG para febrero que fija un aumento de un 5%. Si es importante mostrar que la presión de los últimos 7 meses con un vacuno atrasado puede cambiar y nuevamente favorecería a aumentar la diferencia entre los cortes de carne de cerdo y la carne vacuna, posicionando al cerdo como opción “accesible”.
Si bien el peso de faena fue superior al mismo mes del 2022 y bastante mayor al promedio 2012/21, es necesario pensar en un animal más pesado, recordando que los kilos agregados diluyen los costos fijos y mejoran los resultados económicos. Es verdad que es necesario aumentar la capacidad de engorde y quizás sea hoy el tema más complicado, por la falta de crédito.
Al subir los costos de producción más que el valor del cerdo en pie, se volvió a afectar el Margen Bruto del negocio que, si bien es positivo, empieza a comprometer a algunos productores con niveles de producción menos eficientes.
El mercado externo sigue siendo para la Argentina un problema durante enero, lo mismo que lo fue los últimos 18 meses. Seguimos importando mucho para lo que necesitamos y exportamos muy poco para lo que deberíamos. Es verdad que el dólar tiene mucho que ver con las dos negociaciones, pero Argentina debería empezar nuevamente el camino de la exportación, hoy con la posibilidad de incorporar la “compartimentación” y apuntar a mercados de mejores valores, como por ejemplo Corea o Japón. No es una utopía es una posibilidad que solo requiere gente que se lo proponga y un Estado que acompañe en las negociaciones internacionales. No es algo nuevo, hace más de tres años que venimos hablando y proponiendo este sistema.
Internacionalmente hay oferta de cerdo y por eso los precios de dos referentes como EE.UU. y Brasil volvieron a la baja.
Por otro lado, los cereales y oleaginosas están en aumento y esto genera inevitablemente un aumento de los costos. Si en Argentina el dólar fuera más real, seríamos muy competitivos.
La influenza aviar sigue avanzando por nuestro continente y ahora apareció en Bolivia. Esto condicionará la producción aviar a nivel mundial. Del otro lado, la PPA sigue haciendo de las suyas en Europa, reapareciendo en Grecia y con casos todas las semanas en Rusia. No hay mucha información de China, pero no es de locos pensar que los casos siguen su avance y aún no llegaron a las mega granjas, ahí nos vamos a enterar y la publicidad será demasiado negativa para todo el sector.
Fuente:
Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli - JLU Consultora.
ISP N64A5. Enero 2023.-