TRANSFERENCIA EMBRIONARIA EN CERDOS: ¿PARA QUÉ SIRVE?
Entrevistamos al veterinario Sebastián Ramos, quien forma parte del equipo de investigación de la UNLPam que está desarrollando esta biotecnología. Desde poblar la Patagonia con animales de alto mérito para impulsarla a la cima del mundo de la genética, hasta aplicaciones en la salud humana.
Entrevistamos al veterinario Sebastián Ramos, quien forma parte del equipo de investigación de la UNLPam que está desarrollando esta biotecnología. Desde poblar la Patagonia con animales de alto mérito para impulsarla a la cima del mundo de la genética, hasta aplicaciones en la salud humana.
En diciembre pasado nació la primera camada producto de una exitosa transferencia embrionaria en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Pampa. Se trata de un hecho histórico, debido a que es una técnica ampliamente usada en otras especies, pero no así en cerdos: “La capacidad de multípara de la cerda y su corto periodo gestacional -dice Ramos- probablemente hizo que desarrollar esta compleja técnica no haya sido urgente para el progreso genético”.
Sin embargo, actualmente hay otras motivaciones que impulsan a los investigadores a poner manos a la obra con este desarrollo en cerdos que, en la ciencia tiene escasos precedentes.
Qué es la transferencia embrionaria
El veterinario Sebastián Ramos, explica que la técnica consiste en “recuperar embriones de un animal de alto mérito genético y ponérselos a otro que no es de alto mérito genético” que sirve de vientre. “Ello permite atravesar barreras -dice Ramos- que pueden ser barreras sanitarias, fronterizas, etc. Porque el transporte de los embriones puede ser en fresco o criopreservados (congelados) y son, en términos sanitarios, lo más puro que hay, lo más seguro” para ingresar animales a una zona de estatus superior.
Cuál es la aplicación práctica de la técnica
Para Ramos, son varias las utilidades de este desarrollo científico: “es el futuro para el desarrollo de nuevas líneas genéticas y de mejoramiento genético para las empresas y, a su vez, permitiría incorporar genética en granjas reduciendo al mínimo posible los riesgos sanitarios”.
Por ejemplo, “pensémoslo dentro del país para incorporar nuevas líneas de alto mérito sin tener el riesgo de incorporar alguna enfermedad que puede entrar con los animales en pie”. De hecho, este proyecto responde a la necesidad de poblar la Patagonia con nuevas líneas sin que se vulnere esa estricta barrera sanitaria, para evitar la endogamia (parentesco) del hato porcino de la región. Explica Ramos que, en el sur del país, “la reproducción de animales que están muy cercanos en sus familias disminuye el vigor híbrido y hace que no se exprese el máximo potencial genético de la raza”.
Pensando en la Patagonia, Ramos va un poco más allá respecto de las posibilidades que otorga la transferencia embrionaria: “Esto abre una puerta para pensar en el futuro, en que Argentina pueda ser un proveedor de genética para otros países, inclusive desde la Patagonia, que tiene un status sanitario aun superior al del resto del país, que ya es alto”
Respecto de su aplicación en salud humana, la transferencia embrionaria puede usarse para obtener embriones genéticamente codificados para xenotrasplantes (trasplantes de órganos de animales a seres humanos). En el mundo existe una experiencia reciente en este campo, de un paciente terminal que sobrevivió dos meses con un corazón de cerdo en Estados Unidos. Los avances son prometedores también en este campo: “Hay modificaciones genéticas, se les sacan algunos genes, se ponen otros, pero el modelo biológico es el cerdo. Incluso a nosotros nos han invitado desde la Asociación Argentina de Trasplantes de Órganos, a una charla respecto de esto para ver cómo estaba el país en este tema, y ya hay equipos argentinos que están trabajando en esto, así que, es muy interesante participar de estos eventos también que, aunque parece algo lejano aun, en unos años esta tecnología va a ser algo más común”, aventuró el veterinario.
Las tareas fueron realizadas por un equipo multidisciplinario compuesto por docentes e investigadoras/es de las cátedras de Producción Porcina, Producción de Rumiantes Menores, Clínica de Animales Pequeños y por profesionales de las empresas Genporc y Avich.