19 de septiembre del 2024

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17 jul. 2018

LA GUERRA COMERCIAL CON CHINA GOLPEA LOS PRECIOS DEL CERDO EN EE.UU

La advertencia de China de bajar la demanda de exportaciones tendría repercusiones en la producción de esta carne en Estados Unidos

La advertencia de China de bajar la demanda de exportaciones tendría repercusiones en la producción de esta carne en Estados Unidos

Las guerras comerciales de Donald Trump están convirtiendo la carne de cerdo en una ganga para los compradores norteamericanos y en una amenaza para las producciones internas de otros países compradores de esta carne en el mundo.

La producción de Estados Unidos batirá un récord histórico este año y se proyecta que vuelva a dispararse en 2019. El 'boom' de la oferta llega en un momento en el que China amenaza con bajar la demanda de exportaciones, lo que dejaría una montaña de carne barata para los estadounidenses.

El sábado en Dallas, hasta 30 personas en una gira alimenticia local concentrada en el tocino recorrían la ciudad comiendo donas hechas de tocino, helado de azúcar negra y tocino, mermelada de tocino y tocino azucarado.

Aunque bajaron los precios minoristas del tocino estos últimos 12 meses, siguen más caros que hace seis años, por lo cual toda reducción de esos costos será una buena noticia para los entusiastas de la carne de cerdo.

“Es como una experiencia de vinculación emocional”, explicó Jeanine Stevens, dueña de Dallas Bites! Tours, que lleva a los participantes a restaurantes poco conocidos y otros establecimientos. “El tocino es un tipo de comida que alegra un poco a la gente. Es un alimento divertido”.

Otros estadounidenses podrían mostrarse de acuerdo. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) proyecta que el consumo total de carne de cerdo subirá a 24.1 kilos por persona el año próximo. Es la cifra más alta desde comienzos de los ochenta.

Cambio sin precedentes

El aumento de la demanda interna de Estados Unidos no bastará para compensar una mayor producción y los futuros de la carne de cerdo rondan sus valores más bajos para esta época del año desde 2002.

Se anticipa “un cambio sin precedentes” para las exportaciones globales de carne de cerdo en el segundo semestre de 2018 y el aumento de la oferta presionará el mercado estadounidense el resto del año, indicaron analistas de Rabobank, entre ellos Chenjun Pan. Los fondos de cobertura aumentaron a más del doble las apuestas a una caída de los precios.

La demanda no logró frenar la caída de precios en parte porque la carne de cerdo compite contra la carne de pollo y las hamburguesas baratas. Se proyecta que la producción total de carne de Estados Unidos alcance un nivel récord en 2018 y aumente nuevamente el año que viene, estima el USDA.

El precio de los cerdos podría promediar 92 centavos por kilo en 2019, 7.7 por ciento menos que este año, proyecta el departamento.

Es poco probable que la superabundancia de carne desaparezca en breve. Los procesadores estadounidenses de carne de cerdo han abierto más plantas de procesamiento y se espera la incorporación de una más a la red en 2018, dijeron analistas de CoBank en un informe publicado en junio.

“Con esa capacidad expandida, es poco probable que los productores reduzcan los números de cerdos siempre y cuando los precios cubran los costos variables”, precisaron los analistas.

Para entender los riesgos de la guerra comercial de Estados Unidos con China

Las medidas proteccionistas tomadas por los gobiernos de Donald Trump y Xi Jinping podrían desatar una reacción en cadena de consecuencias imprevisibles.

"China es un enemigo económico y se aprovechó de nosotros como nadie en la historia. Es el mayor ladrón del mundo. Se llevó nuestros empleos", decía Donald Trump en una entrevista con Good Morning America, el 3 de noviembre de 2015.

Acababa de oficializar su precandidatura presidencial y parecía imposible que pudiera ganar las elecciones del año siguiente. Ahora, luego de su arribo a la Casa Blanca, nadie puede decir que Trump no avisó. Reducir el déficit en el intercambio con China es una de sus principales obsesiones, y parece dispuesto a iniciar una guerra comercial para conseguirlo. Impuso aranceles del 30% a la entrada de paneles solares, del 25% al acero, el 10% al aluminio; todos bienes de los que China es uno de los principales productores del mundo. No se quedó ahí. Tras una investigación de siete meses, el Gobierno acusó a Beijing de robar propiedad intelectual de empresas estadounidenses para desarrollar y vender tecnología.

Tras algunas semanas de incertidumbre sobre cuál sería su reacción, Xi Jinping impuso aranceles a productos estadounidenses por 3.000 millones de dólares. Y dejó en claro que tiene muchas otras medidas preparadas en caso de que continúe la escalada.

"Los chinos estuvieron bastante contenidos hasta ahora. La decisión de aplicarle tarifas al cerdo es muy interesante, porque el productor porcino más grande de China es dueño de Smithfield, que es el principal de Estados Unidos. Eso muestra cuán complejos pueden ser los aranceles en la era de la globalización. Empresas estadounidenses operan en China y firmas chinas operan en Estados Unidos, y todas están vinculadas en sus cadenas de suministro", explicó a Infobae la economista Lori Leachman, especialista en comercio internacional y profesora de la Universidad Duke, en Carolina del Norte.

El conflicto entre las dos principales economías del mundo no llega a ser —todavía— una guerra comercial. Pero esto recién empieza y no se sabe dónde puede terminar. A continuación, se detallan algunas claves para entender por qué se desató esta crisis y cuáles son los riesgos que entraña, según un informe de Infobae:

1. Estados Unidos y un déficit comercial difícil de sostener

China le vendió en 2017 bienes por 506 mil millones de dólares a Estados Unidos, que apenas pudo ofrecerle productos por 130 mil millones. El resultado, un déficit comercial de 376 mil millones de dólares, el más abultado de la historia. Trump tiene un ambicioso objetivo para este año: bajarlo un 25 por ciento.

"Europa es el primer socio comercial de Estados Unidos. Pero, si tomamos a los países individualmente, China encabeza la lista. Con la excepción del Reino Unido, Estados Unidos tiene déficit con el resto de sus principales socios. El más grande es, por mucho, con China, que es el socio más importante de 100 países y tiene superávit con casi todos, salvo con Sudamérica. Hay un desbalance claro y lo mejor sería que ambos países se sienten a negociar", dijo, en diálogo con Infobae, la economista Lourdes Casanova, directora del Instituto de Mercados Emergentes de la Universidad Cornell, en Nueva York.

Los analistas coinciden en que el desequilibrio comercial entre Estados Unidos y China es un problema. Las diferencias aparecen a la hora de decidir cómo encararlo. El gobierno norteamericano parece más inclinado a optar por el conflicto antes que el acuerdo.

2. El efecto de las primeras medidas

"Las tarifas aduaneras aplicadas hasta el momento tendrán un mínimo impacto. Las impuestas a los paneles solares y a las máquinas lavadoras van a perturbar la industria, como ha ocurrido en el pasado con medidas similares, pero puede que sean dadas de baja por la OMC. De las que se aplicaron sobre el acero y el aluminio ya fueron exceptuados muchos países, así que el efecto sobre los precios será muy pequeño, al igual que el beneficio para los productores estadounidenses", afirmó Alan Deardorff, profesor de economía internacional en la Universidad de Michigan, consultado por Infobae.

3. Las consecuencias que tendría una guerra comercial

Un conflicto de alto nivel parece lejano por ahora y esto se debe a que China viene respondiendo con cierta cautela. La verdadera amenaza sería que se decidiera a actuar con fuerza, lo cual podría desatar un efecto dominó.

"En septiembre del año pasado, cuando Corea del Sur desplegó un escudo antimisiles estadounidense, China reaccionó con un boicot a sus productos. Como resultado, se derrumbaron las ventas de autos coreanos y de bienes de consumo como los cosméticos, que son muy populares en China. Beijing podría alentar a sus ciudadanos a hacerle un boicot a Estados Unidos", dijo Casanova.

Una campaña semejante podría ser un problema grave para muchas compañías estadounidenses, como Apple, Starbucks e Intel —entre otras—, que obtienen del mercado chino hasta un cuarto de sus ganancias. Además, China es el mayor tenedor de bonos del tesoro norteamericano, con 1.3 billones de dólares. Si decidiera venderlos causaría una hecatombe en los mercados mundiales.

"Las secuelas de una guerra comercial podrían ser de largo alcance —continuó Casanova—. En el corto plazo, los primeros afectados serían los consumidores estadounidenses que compran productos hechos en China. Hay estimaciones que indican que Wal-Mart es responsable del 10% de las importaciones chinas. Si se impusieran aranceles sobre esos productos, Wal-Mart tendría que incrementar sus precios".

Deardorff sostuvo que es poco probable que se llegue a un escenario tan extremo. Pero reconoció que, si llegara a ocurrir, sería muy dañino para todo el mundo.

4. Los atenuantes que podrían evitar la guerra

"Trump todavía no dio precisiones sobre los aranceles que aplicaría sobre las importaciones chinas. Pero desde el momento en que hizo el anuncio se dice que los dos países están negociando. China podría comprometerse a controlar el robo de tecnología y a reducir las transferencias tecnológicas obligatorias (que impone a las empresas extranjeras para entrar a su mercado). Esas promesas ayudarían a que Trump dé marcha atrás con algunas tarifas", dijo Deardorff.

Lo que permite tener cierto optimismo es que el mandatario estadounidense es el único líder mundial que parece dispuesto a ir a un conflicto en este campo. El resto, desde los referentes de la Unión Europea (UE) hasta el propio Xi Jinping, se mantienen firmes en la defensa del libre comercio, al menos en el plano declarativo.

5. Los riesgos de un sistema de comercio debilitado

Que no se llegue al punto de una guerra de aranceles a escala global no significa que las tensiones comerciales que se están registrando sean inocuas. Por el contrario, las consecuencias de que continúen el ruido, las acusaciones y algunas medidas aisladas pueden ser muy negativas.


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