La familia Haefeli, dueña de una fábrica de pinturas, tendrá en una primera etapa 500 madres en producción en el norte de Córdoba

Unos $70 millones invierte la familia Haefeli en un criadero de cerdos en la zona de Jesús María, en el norte cordobés, donde ya realiza agricultura. En tanto, hacia comienzos de 2019 los propietarios -que son los dueños de la fábrica y comercializadora de pinturas Paclin- esperan estar vendiendo las primeras madres, según precisa el diario La Nación.

El proyecto de la granja surgió de la búsqueda para hacer más rentable el campo agrícola. "Optamos por transformar proteína vegetal en animal para agregar valor y reducir los $7 millones de costos logísticos por mover la producción al puerto de Rosario; ahí nació la idea que ya está en ejecución", dijo Federico Haefeli.

En un principio evaluaron avanzar directamente con una planta para producir bioetanol, pero quedó para una segunda etapa. Las instalaciones de la granja incluyen el diseño de los emplazamientos de biodigestores, además de las lagunas para tratamiento de los efluentes.

Concluida la primera etapa agregarán la producción de alimento balanceado. "Por cuestiones técnicas debemos desactivar la soja, por lo que haremos también una planta de extracción de aceite y lo usaremos para producir resinas que se usan en la fábrica de pinturas y que hoy compramos", apuntó Haefeli.

Un crédito del Banco Nación aportará $44 millones para el financiamiento de la granja. Esto se suma a $18 millones de capital de trabajo y ocho millones para las obras. Hay expectativa que desde la entidad oficial haya también financiamiento a tasa conveniente para emprendimientos de energías renovables, lo que permitiría acelerar la producción de bioetanol.

Con la granja el objetivo es transformar hasta la mitad de las proteínas vegetales en alimento para los cerdos. En los primeros meses habrá 500 madres y después llegarán a unas 1200 que es el número para el que se están construyendo las instalaciones.

Es cada vez más frecuente y extendida la decisión de tratar los desechos orgánicos para evitar el deterioro del ambiente y, a la vez, generar energía que con las nuevas normas se puede vender al sistema interconectado.

En el caso de los criaderos de cerdos, además de los desechos, la actividad insume mucha agua para la limpieza y para las fosas donde se contienen las heces y la orina, por lo que la producción de energía es una salida.