Durante el mes de abril los envíos argentinos al extranjero de cerdo y derivados fueron de apenas 460,6 toneladas; mientras Chile, por ejemplo, cuyo grano es en gran medida importado, comercializó casi 18.000 toneladas de productos porcinos.
El otrora prometedor mercado externo de la carne porcina, cuyo desarrollo comenzó apenas en 2019 y parecía no tener techo -se estimaba un volumen de exportación de 165.000 toneladas para 2030-, sólo cuatro años más tarde está al borde de la extinción, apenas sostenido por empresas que exportan volúmenes mínimos a pérdida, sólo para sostener abiertos los canales de venta por si algún día soplaran por fin, algunos vientos favorables.
La pandemia de coronavirus, la velocísima tasa de recuperación china -tras sufrir los brotes de Peste Porcina Africana-, y hasta la guerra de Ucrania; son las “causas” en las que se apoyan funcionarios del gobierno nacional para explicar la estrepitosa caída de las exportaciones argentinas de cerdo. Una caída dolorosa, cuando apenas estábamos aprendiendo a caminar.
Los especialistas del sector porcino argentino coinciden en que la falta de competitividad provocada por el atraso cambiario y, en gran medida también por decisiones políticas intervencionistas sobre el mercado agropecuario, termina por minar el altísimo potencial de toda una cadena que, según las palabras de los propios funcionarios, “es estratégica para el país” porque agrega valor en origen, genera empleo, desarrollo regional, arraigo rural… aunque en los hechos, con sus medidas políticas y económicas, sólo la posterguen e incluso obstaculicen su desarrollo.
Hay un sinsentido mayor cuando se revisa el número de las importaciones. El informe de comercio exterior del último mes de JLU Consultora indica que fueron 1761 las toneladas importadas de productos porcinos, que “obligaron a la salida de más de U$D 5.200.000 de las arcas del Banco Central sin ningún sentido práctico”. En palabras del analista Juan Luis Uccelli, lo anterior “demuestra la falta total de sentido común de seguir enviando dólares al exterior para importar un producto que producimos localmente”.
De hecho, en las conclusiones del informe, Uccelli instó a “denunciar por mal desempeño como funcionario público a alguna autoridad, para que tal vez, les vuelva el sentido común”.
Los números del comercio exterior
En el mes de abril las exportaciones llegaron a las 460.6 ton de los cuales el 25% son carnes porcinas y el resto subproductos. No somos competitivos para exportar por el valor del dólar y a pesar de los alicientes del Gobierno, retroactivos, no se ven avances significativos a mediano plazo. Podemos observar los cambios en el Gráfico N° 1.

El valor expresado en mayo fue levemente superior al de abril y totalmente superior al de mayo del año pasado cuando las exportaciones fueron “0”.
Si bien las importaciones fueron aperas superiores a las registradas en el mes de abril, en el total son inferiores a lo sucedido en los dos años anteriores. Sin embargo, las 1761 ton importadas obligaron a la salida de más de U$D 5.200.000 de las arcas del Banco Central sin ningún sentido práctico. Observamos los datos en el Gráfico N°2.

Se siguen frenando productos biológicos como los inmunocastradores, que no se fabrican en el país, por cifras menores al 5% de las importaciones de carne porcina, lo que demuestra la falta total de sentido común de las autoridades de la Secretaría de Comercio. Quizás haya que recurrir a realizar denuncias por mal desempeño como funcionario público a alguna autoridad, para que tal vez, le vuelva el sentido común.
Fuentes:
- Redacción propia en base a datos del United States Department of Agriculture (USDA).
- Informe de Comercio Exterior mayo 2023 | SQR14C0523 | Ing. Zoot. Juan Luis Uccelli, JLU Consultora. –