En diálogo con El Productor Porcino, el director técnico de Bioter, Santiago Capalbo, explicó en detalle los beneficios de tener un programa nutricional inteligente, que se adapte a los cambios y sea acorde a los requerimientos que imponen los avances genéticos

Que no falte ni sobre, es la premisa cuando se trata de los nutrientes que se deben suministrar en las granjas de hoy, para lograr el máximo crecimiento con el menor costo posible. De eso se trata la nutrición de precisión, y para aplicarla con éxito, se debe conocer primero cómo es el crecimiento de los animales y cuáles son las limitantes de ese crecimiento. Alimentar en forma inteligente, en resumen.

No siempre más es mejor

“Lo más elemental de un programa nutricional es entender qué pasa con los animales”, dice Capalbo. “Saber hasta dónde pueden crecer los animales, qué puedo hacer yo para llegar al máximo, a la máxima velocidad de crecimiento con el menor costo posible”, explica. En ese sentido, es la genética la que pone las reglas del juego: “Siempre lo que determina cuántos kilos va a ganar un animal por día es el potencial genético. Es el chip que tiene el animal. Si yo le doy todas las condiciones para que se exprese (ambiente, sanidad, manejo, alimentos, etc) el cerdo lo puede expresar. Lo importante en la nutrición es lograrlo al menor costo posible”.

Capalbo lo ejemplifica de la siguiente manera: “Imaginate que tenés un cerdo en engorde y un día le dejas de dar de comer. El cerdo empieza a perder kilos. A medida que le empezas a dar de a poquito, empieza a ganar peso de nuevo. Llega un momento en el que por más que yo le de más alimento, aunque sea con una cánula, el cerdo se ameseta, no va a ganar más kilos”. Por eso, insiste Capalbo, la nutrición de precisión es alimentar a los cerdos sin que falten nutrientes, pero también sin que sobren. “Porque el alimento que doy de más, es plata que estoy desperdiciando”, dijo el especialista.

El papel de la digestibilidad

Por cada kilo de alimento que el cerdo come, sólo aprovecha 800 u 850 gramos en el mejor de los casos. “El resto es desecho que se va por materia fecal, entre 150 – 200 gramos que se pierden, pero yo pagué por todo ese kilo de alimento”, explica.

Por eso es importante trabajar en la digestibilidad del alimento para tener mejoras en el índice de aprovechamiento: “Lo primero lo hacemos nosotros moliendo el grano, lo segundo lo hace el propio animal masticando y con otros mecanismos naturales propios de la digestión. Pero nosotros desde la nutrición podemos ayudar un poco más con la utilización de enzimas”. Y agrega: “Una enzima fundamentalmente ‘corta’ las moléculas en partes más chiquititas. Si logramos tener las enzimas adecuadas, para el sustrato adecuado, en el momento oportuno, podemos ayudar al organismo a mejorar más aun la digestibilidad”, explica.

Con el foco puesto en aumentar los índices productivos por medio de la nutrición, Bioter desarrolla desde 2018 el Programa Higrow, un programa de nutrición de precisión que la sitúa a la vanguardia en materia de nutrición para cerdos y que fue desarrollado en la granja experimental de la empresa “La Lucia”, en Alberti, Buenos Aires. El programa tiene como objetivo la utilización de tecnologías innovadoras para mejorar el retorno económico de las granjas.

Mirá la entrevista completa para conocer los detalles del desarrollo, sus resultados y las tecnologías de punta aplicadas: