Alemania notificó, la última semana, un foco de Peste Porcina Africana (PPA) en una explotación de cerdos situada en la zona suroeste del país, que hasta ahora considerada libre de enfermedad.
La explotación se encuentra a unos 500 km de la zona infectada al Este del país, y aproximadamente a unos 7 km de la frontera con Francia. Este foco supone un nuevo salto a distancia de la enfermedad.
Según los Servicios Veterinarios Oficiales (SVO), la explotación afectada se encuentra localizada en el municipio de Forchheim, en el Estado Federal de Baden-Wuerttemberg. Es una explotación de cebo de producción ecológica, con un censo de 35 cerdos y dispone de doble vallado. La sospecha se originó por la aparición de signos clínicos y patológicos típicos de la enfermedad en los cerdos y la muerte de tres de ellos.
Las autoridades alemanas visitaron la granja para tomar muestras, que posteriormente enviaron al laboratorio regional, donde resultaron positivas a la detección de genoma viral por PCR-RT. Para la confirmación oficial las enviaron al Laboratorio Friedrich Loeffler Institute (FLI), Laboratorio Nacional de Referencia para la PPA en Alemania, donde se confirmaron como positivas a la enfermedad por PCR-RT.
Los servicios veterinarios han llevado a cabo la investigación epidemiológica del caso y han informado que la principal hipótesis de trabajo barajada como vía de entrada es el factor humano dada la distancia a otros focos.
Alemania ya notificó 802 casos en cerdos domésticos durante 2022
Desde el inicio del brote hasta el 26 de mayo de 2022 Alemania ha notificado un total de 3.756 focos en jabalíes silvestres (403 en 2020, 2.551 en 2021 y 802 en lo que va de año 2022), todos ellos localizados en la zona este del país, en los Estados Federales de Brandeburgo, Sajonia y Mecklemburgo-Pomerania Occidental, y cinco focos (incluyendo el presente) en porcino doméstico.
Las autoridades alemanas han adoptado de forma inmediata las medidas de control. Entre ellas, el sacrificio de los animales in situ, el vacío sanitario de la explotación, refuerzo de medidas de bioseguridad y vigilancia y la adopción de zonas de protección y vigilancia con la aplicación de las consiguientes medidas de restricción de movimiento de animales y productos, así como la investigación epidemiológica para tratar de identificar el origen de la infección así como los posibles contactos de riesgo que se hayan podido dar.
Asimismo, en los alrededores de la granja están empleando perros adiestrados en la búsqueda de posibles jabalíes afectados por la enfermedad. De igual modo, han contactado con las autoridades francesas para informarles y coordinar las actuaciones con las mismas.