Actualmente el envenenamiento por sal común en los cerdos es casi una rareza. Sin embargo, una de las causas más frecuentes es la escasez de agua de bebida. La falta de mantenimiento y atención a este aspecto que parece elemental, puede ocasionar un desastre productivo

Existe siempre una relación entre el envenenamiento con sal común y la administración de agua de beber: el agua disuelve la sal común, la cual es expulsada durante el metabolismo a través del intestino y los riñones. Cuando el aporte de agua de beber es abundante, se requieren cantidades mayores de sal común para provocar un envenenamiento que cuando el aporte de agua de beber es escaso.

Cuando, por cualquier motivo, los animales padecen sed durante varios días (por ejemplo, si las instalaciones para los bebederos son defectuosas o están obstruidas), los valores de sodio que normalmente contiene la dieta (0,4-0,5%) se vuelven tóxicos para el animal. Por ello, la comprobación diaria de que todos los bebederos y sistemas de distribución de agua son adecuados, no están obstruidos y hay agua disponible, debería ser una tarea rutinaria.

En el envenenamiento por sal común, el ion sodio (Cloruro de Sodio = NaCl) permanece en los espacios intercelulares del cerebro en concentraciones anormalmente altas. Para diluir esta concentración demasiado alta, sale el agua procedente de las células del cerebro y entra en los espacios intercelulares. De este modo se origina una escasez de agua en las células cerebrales y una acumulación de agua en el cerebro (edema cerebral).

Por cada 10 gramos de sal común se detrae 1 litro de agua del organismo.

En caso de intoxicación masiva por sodio, se producen los siguientes síntomas:

• Debilidad,
• Temblor muscular,
• Pérdida de conocimiento,
• Muerte en el intervalo de pocas horas.
• Espasmos similares a un ataque epiléptico regulares.

Son característicos los ataques parecidos a la epilepsia que se repiten con regularidad.

Antes del inicio de este tipo de ataque, se observan movimientos espasmódicos en los músculos de la boca, del cuello y de la nuca. Después de que los animales enfermos han andado un par de veces en círculo, levantan la cabeza a sacudidas en dirección de la nuca, desplazándose las extremidades posteriores hacia delante debajo del cuerpo. Los animales corren o se deslizan rápidamente hacia atrás como un caballo que se sienta sobre las extremidades posteriores bajo el efecto de carga pesada. Posteriormente, empiezan fuertes convulsiones musculares. La saliva se convierte en espuma. La respiración cesa y los animales caen agotados de lado.

Durante un tipo de ataque como este, que puede durar hasta un minuto, los animales pueden morir por paro respiratorio, o se recuperan lo suficiente para que al cabo de algunos minutos pueda iniciarse el siguiente ataque.  

El tratamiento consiste en la administración de cantidades controladas, frecuentes y paulatinamente crecientes de agua quitando al mismo tiempo el pienso. La administración de grandes cantidades de agua puede favorecer un edema cerebral. Otras enfermedades que también tienen síntomas de convulsiones, como la enfermedad de los edemas y la enfermedad de Aujeszky, nunca muestran las típicas convulsiones epilépticas que produce la intoxicación por sal común.

| CURIOSIDAD |
Hace unos 100 años, los curanderos extraían del paladar de los animales intoxicados por cloruro sódico un trozo de hueso que se consideraba como el causante de esta enfermedad

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Fuente: producción-animal.com.ar