La organización de los pequeños productores es un probado mecanismo que favorece su inserción en los mercados: Asociación, integración, cooperativismo y otras formas de articularse se debaten en este artículo recogido del Manual de Buenas Prácticas Pecuarias.
Para que la articulación de los pequeños y medianos productores con los mercados mejore, la organización no debe ser una simple agregación de oferta de cerdos, sino un ente capaz de generar tanto ventajas competitivas como poder de negociación. Esta observación es válida tanto para las situaciones de integración vertical como las de tipo horizontal.
La integración vertical le permite al productor controlar algunos eslabones de la cadena, como la elaboración de los alimentos, pero es más difícil su inclusión a medida que intenta ingresar a los espacios específicamente comerciales como la distribución o la faena, requiriéndole destinar recursos por encima de sus posibilidades.
La Integración horizontal, por su parte, presenta para los pequeños y medianos productores porcícolas ventajas que ayudan a mitigar el aislamiento y el escaso poder de negociación, sus principales puntos críticos. Ejemplos de este tipo de integraciones en pequeños y medianos productores porcícolas fueron los grupos PorMag y Aprocer.
Es cierto que existen experiencias de ventas conjuntas ocasionales o bajo formas poco desarrolladas de comercialización, pudiendo considerarse a éstas como situaciones intermedias hacia el objetivo de consolidación de la organización.
A continuación, se presentan los principales obstáculos y beneficios a la hora de pensar estrategias asociativas para crecer con sostenibilidad en el contexto actual del sector. Estas son algunas de las cuestiones organizativas que sobresalen en el análisis de experiencias asociativas (algunas exitosas y otras no tanto).
Principales obstáculos a superar
- Cultura individualista. El productor debe acostumbrarse a pensar junto a otros productores.
- Situación de dependencia, especialmente del intermediario.
- Dedicación de tiempo y esfuerzo a la integración.
- Falta de costumbre para tomar decisiones consensuadas y priorizar el beneficio colectivo.
Este marco general cambia cuando los productores constituyen organizaciones que avanzan en complejidad por el aumento del número de integrantes o el crecimiento y diversificación de los negocios. En este nivel es necesario formalizar su existencia como persona jurídica y contribuyente, esperándose que las cargas de esto se equilibren con los beneficios adicionales que obtienen los asociados.
Principales beneficios
- Se comparten los riesgos propios del negocio.
- Se aprovecha la economía de escala, donde las ganancias de la producción se incrementan y /o los costos disminuyen como resultado del aumento del tamaño y eficiencia del establecimiento.
- Se reducen los costos de operaciones que son estratégicas, pero están más allá de la capacidad de cada empresa individual como la compra de insumos al por mayor, asistencia técnica especializada, capacitación y promoción del consumo de carne fresca.
- Aumentan las capacidades de negociación
- Surgen articulaciones estratégicas con terceros, lo cual permite avanzar más seguros en la comercialización de capón en pie a media res, la instalación de venta a minoristas y el desarrollo de marca propia, por ejemplo.
- Se amplían las capacidades de gestión y se prorratean entre los asociados el costo de los intermediarios.
Cooperativas de comercialización de cerdos
Se abordan ahora cuestiones generales sobre el proceso asociativo vinculado a la comercialización de cerdos que es necesario tener en cuenta especialmente.
Para insertarse en el mercado de manera asociativa los productores deben buscar una figura jurídica que les permita producir y comercializar en forma conjunta, teniendo en cuenta que cada productor es una unidad independiente respecto a la organización de la que se trate.
Cada productor es cliente y proveedor de la organización. Por ello se recomienda una Cooperativa o una Sociedad Comercial donde los socios utilizan la estructura para beneficiarse directa e indirectamente.
No es objeto de este manual avanzar en profundidad en la definición y el proceso de conformación de cooperativas ya que cada experiencia presenta condiciones de posibilidad diferentes y formas propias de resolver los conflictos y aprovechar las oportunidades.
Pueden resaltarse, sin embargo, los principales componentes que son válidos para un proceso asociativo, cualquiera sea la forma jurídica y legal.
Los problemas que se presentan generalmente derivan de la escasa capacitación inicial del grupo y de la insuficiente definición de los roles que le cabe a cada socio en la organización (dirección, administración del ente, rutina de reuniones, libros de actas, el reconocimiento de honorarios y gastos al gestor, director, gerente, etc.)
Por ello es importante:
- Capacitación previa sobre los roles de cada integrante.
- Solicitar apoyo al proceso asociativo: asesoramiento técnico, contable, legal y comercial, ya que en general los interesados son productores agropecuarios que vienen de trabajar “tranqueras adentro” y a partir de formalizar una entidad deben hacerse cargo de funciones directivas, comerciales, de organización y administrativas, además de seguir atendiendo su campo.
- Recambio periódico de los integrantes de la comisión directiva
- Participación activa de los productores en las instancias de decisión como asambleas ordinarias, reuniones de trabajo, etc.
- Mantener “las cuentas claras”.
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Fuente: Manual “Buenas Prácticas Pecuarias (BPP) para la producción y comercialización porcina familiar” FAO, INTA. 2012.