Los lechones muertos alrededor del parto son mucho más que una pérdida productiva inmediata y, caracterizarlos apropiadamente, sirve como una pista para diagnosticar enfermedades que debemos enfrentar y cuyo impacto a largo plazo conviene reducir

Más del 50% de las muertes de los lechones que ocurren en el período de lactación se registran durante los primeros tres días de vida y, sobre todo, durante las primeras 36 horas.

Dentro de las muertes perinatales, la categoría mortinatos incluye a los lechones que nacen muertos, de los cuales el 70 % suele coincidir con los tres últimos lechones nacidos en un parto.

Los mortinatos se clasifican en intraparto y anteparto. Los intraparto son aquellos animales que están vivos al comienzo del parto y mueren durante el mismo. Los Anteparto son los lechones que mueren antes del parto, los cuales se dividen en dos grupos: momificados y no momificados.

Los Anteparto Momificados son los que mueren luego del desarrollo y calcificación del tejido óseo, lo que ocurre entre los 30 y 40 días de gestación. Por su parte, los Anteparto No Momificados son los que mueren en los dos días previos al parto.

En general, entre el 70 y el 90% de los mortinatos corresponde a Intraparto y el porcentaje restante a Anteparto.

Numerosas enfermedades infecciosas de transmisión vertical (infección intrauterina) están asociadas con infertilidad, abortos, camadas reducidas, lechones de baja viabilidad y presentación de nacidos muertos.

Entre las enfermedades de etiología viral pueden citarse la parvovirosis porcina, enfermedad de Aujeszky, peste porcina clásica, encefalomiocarditis, enterovirosis porcina y síndrome respiratorio y reproductivo porcino.

Dentro de las enfermedades de origen bacteriano se encuentran la brucelosis, leptospirosis y salmonelosis sistémica y, entre las causadas por parásitos la toxoplasmosis.

A partir de los 70 días de gestación, los fetos porcinos son capaces de generar una respuesta inmunológica propia, mediante la producción de anticuerpos contra los agentes infecciosos que atraviesan la placenta.

Existen también factores no infecciosos tales como la anoxia (falta de oxígeno) durante el parto, la que se relaciona con la disminución de la perfusión sanguínea durante las contracciones uterinas, la separación parcial de la placenta y la ruptura prematura del cordón umbilical.

Otros factores a tener en cuenta son el tamaño de la camada, el parto prolongado con una duración mayor a 4 horas, el peso del lechón al nacimiento, la cantidad progresiva de partos de la hembra y la ingestión de micotoxinas.

Los estudios en general indican que el porcentaje normal de pérdidas en la categoría mortinatos suele variar entre el 4 y el 8% y coinciden en señalar que, por encima de estos valores, se deberían analizar los factores de riesgo.

El peso del lechón al nacimiento es un factor no infeccioso de gran influencia en la presentación de mortinatos y animales nacidos con baja viabilidad. El porcentaje de mortinatos decrece en la medida en que el peso al nacimiento es superior a 1 kilogramo.

La presencia de anticuerpos en líquido pleural de los fetos confirma la infección intrauterina, dado que las inmunoglobulinas maternas no atraviesan la placenta.

La determinación de anticuerpos en líquido pleural de los diferentes tipos de mortinatos resulta un método simple y efectivo, siendo un buen complemento del perfil serológico de exposición del plantel reproductor a patógenos que producen trastornos reproductivos.

En conclusión, la caracterización anatomopatológica de los diferentes tipos de mortinatos, asociada a la determinación de anticuerpos en el líquido pleural, aporta valiosa información sobre algunos de los factores que influyen en su presentación en la granja.