19 de septiembre del 2024

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03 ene. 2018

HERNIAS EN CERDOS: ¿GENÉTICA O MANEJO?

Uno de los problemas más comunes en las granjas son las hernias. El cerdo pierde valor y pueden causar enfermedad e incluso la muerte

Uno de los problemas más comunes son las hernias. El cerdo pierde valor de mercado y pueden causar enfermedad e incluso la muerte

Dos de los defectos anatómicos más comunes que se producen en las granjas porcinas son las hernias escrotales y las hernias umbilicales. Estas hernias se dan en el 1.7 a 6.7% del plantel, pero pueden aumentar o "crecer" por varias razones (Thailer et al., 1996).

La dificultad con este tipo de defecto físico es que a menudo le dan al cerdo menos valor como cerdo de mercado y pueden causar enfermedad y posiblemente la muerte.

Hernia umbilical

Las hernias umbilicales se producen debido al debilitamiento de los músculos alrededor del ombligo del cerdo. Esto provoca que la apertura del cordón umbilical no cierre correctamente y que los intestinos sobresalgan a través de la pared intestinal para formar una estructura "parecida a una bola" que a menudo se ve en el cerdo. La frecuencia varía de 0.4 a 1.2% (Searcy et al., 1994).

Las hernias se clasifican como directa o indirecta, dependiendo de los intestinos están en contacto directo con la piel o no (Grindflek et al., 2006).

Las hernias umbilicales, de cualquier tamaño, son generalmente directas y pueden interferir con la digestión normal.

Los problemas surgen si los intestinos se rompen durante el proceso de sacrificio y el contenido del intestino contamina la carcasa.

¿Genética o Ambiente?

Si el origen de las hernias umbilicales es genético no está del todo claro. Se ha sugerido una causa "familiar" y unos pocos genes específicos han demostrado recientemente estar asociados con esta condición (Zhao et al., 2008). Sin embargo, en general esta condición no es debido a la simple herencia de unos genes.

Sin duda, las condiciones ambientales desempeñan un papel en la incidencia de este defecto. Se cree que compromisos ambientales, tales como infecciones del ombligo temprano en la vida, pueden estar relacionadas con la incidencia de esta condición. La higiene y el adecuado saneamiento ambiental pueden tener mayor posibilidad de reducir la incidencia de esta condición, que tratar de eliminar algunos verracos o hembras.

Si hay una influencia genética sobre esta enfermedad, estaría también relacionada con malas condiciones ambientales. Es decir que, en algunos cerdos, puede que haya alguna condición heredada de propensión a debilidad en la musculatura del ombligo que, sumado a un ambiente negativo, podría desencadenar la hernia.

Factores ambientales tales como estiramiento anormal del cordón umbilical (durante el parto o el colocar ganchos umbilicales demasiado cerca de la piel) o la infección del muñón umbilical, podría contribuir a que no cierre la abertura del cordón umbilical.

Hernia escrotal

Las hernias escrotales obviamente ocurren solamente en machos, aunque la categoría de la hernia inguinal incluye a ambos géneros. La hernia inguinal en hembras es rara, y generalmente está asociada con la intersexualidad (Tianti et al., 2002).

Se ha informado de ocurrencia de hernia escrotal en un 0,6 a un 5% según la raza. Se cree que las hernias escrotales son causadas porque luego de que baja el testículo, los conductos no cierran debidamente.

Esto suele generar que el yeyuno distal y el íleon bajen al escroto. Si los intestinos están presentes en el escroto en el momento de la castración, los intestinos pueden romperse. También pueden migrar hacia el escroto después de la castración.

Las hernias escrotales más frecuentemente involucran el lado izquierdo con una ocurrencia cerca de 5 veces más que al lado derecho (Magee, 1951).

Resulta difícil reparar quirúrgicamente cualquiera de estas condiciones de ruptura. Normalmente se aconseja no intentar reparar hernias umbilicales. Algunas veces se pueden reparar las hernias escrotales si se encuentran en una en etapa temprana. Sin embargo, en ambas circunstancias, los casos avanzados de hernia son extremadamente difíciles o sino imposibles de reparar quirúrgicamente en forma práctica.

Causas genéticas

Durante años la aparición de hernias escrotales ha sido ligada a determinadas líneas de porcinos.

Se ha demostrado que existen varios genes asociados con esta condición, pero no tienen el control absoluto (Zhao et al., 2008).

Si esta condición es predominante en un solo cerdo, o en sus parientes cercanos, la incidencia de casos de hernia escrotal pueden deberse principalmente a la genética. La eliminación del animal, su familia y de otros parientes cercanos debe reducir aún más la incidencia.

Sin embargo, puesto que esta condición se debe a múltiples genes, es justo decir que hay una contribución genética de la línea de la madre.

Otra ocurrencia inusual con este defecto físico es que a menudo la incidencia puede ser pequeña, o no observada dentro de las líneas puras que componen el cerdo cruzado, pero la incidencia entre los cerdos cruzados puede ser más alta que en las líneas puras que lo conforman. Esto sugiere que puede haber una causa perjudicial de heterosis para esta condición, que no ha sido plenamente justificada.

Sucede también, dentro de los hatos comerciales, que dos rebaños que usen las mismas líneas de hembras y de machos pueden tener incidencias dramáticamente diferentes de esta condición, con una manada con mucha incidencia y otra sin ella.

Esto sugiere que hay algo dentro del entorno que está estimulando un genotipo particular, para permitir para que se produzca esta condición. Puede ser muy difícil determinar la causa genética cuando el factor medioambiental subyacente, o los factores desencadenantes de esta enfermedad son desconocidos.

Conclusión

La ocurrencia de hernias umbilicales y escrotales es a menudo un problema frustrante para granjas comerciales. Se puede concluir que las causas tanto ambientales así como genéticas pueden estimular la incidencia de estos defectos físicos.

Ningún rasgo se controla a través de la simple herencia genética, por lo tanto no hay procedimientos simples para reducir su incidencia. Si la incidencia de cualquiera de estos defectos se produce a través de la introducción de un nuevo macho o una línea femenina, las granjas deben trabajar con sus proveedores genéticos en un enfoque sistemático, para desarrollar un plan para reducir la incidencia de estas enfermedades.

Además, las granjas deben evaluar sus propios procedimientos de higiene y manejo para reducir al mínimo las causas ambientales.

Bibliografía

Clarnette TD y Hudson JM, 1997. Is the ascending testis actually ‘stationary’? Normal elongation of the spermatic cord is prevented by a fibrous remnant of the process vaginalis. Pediatr Surg Int, 12:155-157.
Clarnette TD, lam SKL y Hudson JM, 1998. Ventriculo-peritoneal shunts in children reveal the natural history of closure of the processus vaginalis. J Pediatr Surg, 33:413-416.
Grindflek E, Moe M, Taubert H, Simianen H, Lien S y Moen T, 2006. Genome-wide linkage analysis of inguinal hernia in pigs using affected sib pairs. MNC Genetics 2006:25. http://www.biomedcentral.com/1471- 2156/7/25
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Searcy-Bernal R, Gardner IA, and Hird DW, 1994. Effects of and factors associated with umbilical hernias in a swine herd. J Am Vet Med Assoc, 204(10):1660-4.
Thailer G, Dempfle L, Hoeschele I, 1996. Maximum likelihood analysis of rare binary traits under different modes of inheritance. Genetics 1996, 143:1819-29.
Tiranti IN, Genghini RN, Gonzalez Quintana H y Wittouck P, 2002. J. Agric Sci, 138: 333-340.
Mikami H y Freden HT, 1979. A genetic study of cryptorchidism and scrotal hernia in pigs. Can J. Genet. Cytol, 1: 9-19
Vogt DW y Ellersieck MR, 1990. Heritability of susceptibility to scrotal herniation in swine. Am J. Vet Res, 9: 1501-1503
Zhao, X, Du, Z-Q, Vukasinovic, NV, Rodriguez, FR, Clutter, AC y Rothchild, MF, 2008. Candidate gene association for hernia and cryptorchidism in commercial lines of pigs. J. Anim. Sci. 86 (Suppl. 2). Abstr.

Fuente

Ronald O. Bates (Especialista Estatal en Porcinos, Departamento de Ciencias Animales, Universidad Estatal de Michigan) y Bárbara Straw (Veterinaria de Porcinos de la Extensión Estatal, Facultad de Medicina Veterinaria, Universidad Estatal de Michigan) y publicado en el Informe Trimestral de Cerdos en la Universidad Estatal de Michigan, volumen 13 (julio de 2008).

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