23 de noviembre del 2024

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30 may. 2018

EL SORGO COMO REEMPLAZO DEL MAIZ EN LA ALIMENTACIÓN PORCINA

El desorbitante aumento del precio de los granos está poniendo en jaque a la producción porcina. El sorgo es una alternativa viable (y más b

El desorbitante aumento del precio de los granos está poniendo en jaque a la producción porcina. El sorgo es una alternativa viable (y más barata)

Tanto los especialistas argentinos como los extranjeros coinciden en que uno de los problemas más evidentes de la producción porcina en nuestro país es la baja eficiencia.

En el caso de la alimentación en particular, la gran oferta de granos para materias primas se vuelve nuestra mayor ventaja y, a la vez, nuestra propia cruz. Debido a esa gran disponibilidad de maíz, aseguran, el sector porcino argentino no ha madurado respecto de la inclusión de alternativas en las dietas. Nadie se preocupa por buscar alternativas cuando estas no son necesarias.

El costo de la energía

El precio del maíz (y la soja) ha escalado estrepitosamente. El maíz es la principal fuente de energía en la nutrición porcina argentina. Sin embargo, los cerdos requieren nutrientes. Y no importa de dónde vengan, siempre y cuando esos requerimientos estén cubiertos. Entonces, la clave es formular dietas por mínimo costo.

La alimentación es el 65-70% de los costos de producción y, a su vez, en ese costo de alimentación, la energía se lleva el primer puesto. Es el más caro de todos los insumos y el que más se requiere en la dieta. Una dieta promedio está formada en un 68% de aportes energéticos, un 27% de proteicos y apenas un 5% de minerales y vitaminas (micronutrientes aportados por los núcleos/premezclas).

Alternativas: que las hay, las hay

Entonces, con el maíz por las nubes es tiempo de abrir la cabeza, porque si lo que el cerdo demanda son nutrientes, lo que importa es que los reciba y no importa de dónde, siempre que sea un producto de calidad que se pueda moler y mezclar dentro de la ración.

En ese sentido, alternativas hay muchas. Pasando por todos los cereales como sorgo, trigo, avena, cebada y más; siguiendo por todos los aportes proteicos como pellet y expeller de soja, burlanda de maíz, harina de carne o de pescado, arveja… De nuevo, alternativas, hay muchas.

Todo depende siempre de la disponibilidad de cada alternativa en cada región y de los costos. Se puede formular (con ayuda de un asesor profesional) la mejor dieta al menor costo posible.

El sorgo: desafíos y beneficios

El sorgo puede reemplazar al maíz en el 100% de las dietas de los porcinos. Es un cereal con alta disponibilidad en vastas regiones del país, y con un precio bastante inferior por tonelada. A pesar de ello, en Argentina el sorgo granífero se usa poco para alimentación porcina, aunque en el mundo esté más que probado y aprobado.

Hay algunos desafíos que deben superarse para que el sorgo deje de estar a la sombra del maíz en la producción porcina, pero cuando se trata de bajar costos, vale la pena hacer los ajustes necesarios.

El contenido de taninos en el sorgo es una de las limitantes más importantes a la hora de la inclusión, porque hace que el alimento sea menos digestible, hay menor consumo porque los taninos tienen un efecto astringente y ello deriva en una disminución en el aumento del peso vivo y por tanto, en la conversión. Es decir, la producción porcina requiere sorgos con bajo tanino para alimentar a sus cerdos.

Por otro lado, el aporte energético del sorgo cubre un 98% del aporte que hace el maíz. Por ese motivo, es necesario balancear la dieta de cada categoría con algún producto con contenido de aceite o grasa animal que termine de redondear el requerimiento de energía que tiene el animal.

En el lado de los beneficios (además del precio) de la incorporación del sorgo en la alimentación porcina, sabemos que este cereal tiene un mayor nivel de fósforo disponible, por lo que disminuye el costo de incluir fósforo entre los micronutrientes de los núcleos y premezclas. Por otro lado, el sorgo posee mayor contenido total de proteína bruta y, a su vez, es menos susceptible que el maíz a las micotoxinas.

Por último, una ventaja más que destacable tiene que ver con la calidad de la carne fresca. El cerdo alimentado con sorgo deposita grasa de una calidad muy superior a la que deposita si es alimentado con maíz.  

En tiempos de márgenes ajustados, políticas desfavorables y condiciones climáticas adversas es necesario agudizar el ingenio. Después de todo, se trata de sobrevivir.

Redacción El Productor Porcino

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