24 de noviembre del 2024

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06 abr. 2022

EL MANEJO DEL PERIPARTO ES CLAVE ANTE LA HIPERPROLIFICIDAD DE LAS CERDAS

En entrevista con el veterinario Santiago Tosoni, del equipo técnico de Vetifarma, conversamos sobre las claves de manejo alrededor del parto que garantizan que las cerdas expresen el máximo potencial prometido por la genética moderna

En entrevista con el veterinario Santiago Tosoni, del equipo técnico de Vetifarma, conversamos sobre las claves de manejo alrededor del parto que garantizan que las cerdas expresen el máximo potencial prometido por la genética moderna

El periparto es el periodo comprendido entre el final de la gestación y los días posteriores al parto. En esa etapa la atención debe agudizarse y centrarse en el manejo más que nunca. En este punto, los requerimientos -tanto de la madre como de los lechones- son muy puntuales y los desafíos se duplican.

Naturalmente, el periparto es un momento determinante para la productividad de una granja, pero en los últimos años, la revolución de la genética ha magnificado el desafío agregando la hiperprolificidad a la ecuación: “Hace 15 años teníamos 11 lechones nacidos vivos y hoy estamos hablando tranquilamente de 16-17 nacidos vivos”, resume Santiago Tosoni.

“La hiperprolificidad implica que intervengamos más porque hay mayor dispersión de camada, con más nacidos muertos y mayor mortandad en la maternidad. Entonces una de las herramientas que tenemos es la dieta periparto, que se da desde 4-5 días antes del parto hasta 2 días posparto, que está compuesta por sales aniónicas, altos niveles de fibra insoluble y probióticos”, explica el veterinario.

Estos insumos de la dieta periparto tienen, en ultima instancia, variados beneficios: mayor cantidad de lechones nacidos vivos y menor mortandad en los primeros días de vida, mayor producción de leche y mayor consumo de alimento de la cerda en maternidad, mayor producción de anticuerpos, mayor cantidad de lechones destetados, mayor ganancia de peso, peso al destete y uniformidad de la camada.

“Cuando hay más lechones que tetas, el correcto manejo del calostrado hace la diferencia”

“Cuando empiezan a nacer los lechones los podemos ir enumerando en el lomo o pintándolos con diferentes colores, para separar en grupos. Así, por ejemplo, con los primeros ocho, nos enfocamos en hacer bien el calostrado y, cuando nace la segunda tanda de ocho, ponemos los primeros en el cajón con una fuente de calor y nos enfocamos en que calostren bien los segundos ocho”, recomienda el veterinario.

Para que el calostro cumpla su función, “una de las claves es que a la madre la hayamos inmunizado correctamente. A partir del día 105 de gestación se empiezan a desarrollar todos los componentes del calostro, por lo que previo a esa fecha, tenemos que haber inmunizado correctamente a la madre con las vacunas que correspondan a cada caso, según los patógenos que haya en esa granja. Así enriquecemos el calostro”, explica Tosoni.

Otro punto clave es la temperatura en la sala de maternidad. “El lechoncito nace con 39°, y a los 30-40 minutos ya tiene que estar calostrando. Si la sala de maternidad está muy fría va a tardar mucho más tiempo en ir a calostrar y, por lo tanto, va a calostrar menos tiempo”.

El calostro cumple una función inmunológica (le transmite anticuerpos al lechón), es termogénico y nutricional (le aporta temperatura y nutrientes). Además de eso, estimula el desarrollo del tracto intestinal, que es fundamental para la salud del cerdo durante toda su vida y, por supuesto, para la absorción de nutrientes y su crecimiento óptimo.

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