06 sep. 2017
Condición corporal: ¡La culpa no es de la chancha!
En cerdas gestantes, tanto el déficit como el exceso de peso, amenazan su capacidad reproductiva y la rentabilidad de la granja
En cerdas gestantes, tanto el déficit como el exceso de peso, amenazan su capacidad reproductiva y la rentabilidad de la granja
En la condición corporal de la cerda gestante, tanto el déficit como el exceso de peso, amenazan su capacidad reproductiva y la rentabilidad de la granja
Los avances a los que la producción porcina se sometió durante los últimos años generaron cerdas capaces de producir más de 38 lechones por año. A causa de esto, los productores se vieron obligados a trabajar con lechones de bajo peso y baja viabilidad al nacimiento. Como un intento de solución al problema, se comenzó a aumentar la cantidad de alimento en las diferentes fases de gestación, principalmente en el último tercio. El resultado es un aumento, a veces desmedido, de la condición corporal de la cerda. Ello trae aparejadas algunas consecuencias indeseables a nivel productivo.
De este tema se encargó el médico veterinario Andrés Cugno, del equipo técnico de Vetifarma, quien enumera en su trabajo los principales problemas de mantener una mala condición corporal en las cerdas, y el modo de contrarrestar las pérdidas (tanto por déficit como por exceso de kilos) con un manejo adecuado.
¿Cómo saber si la condición corporal de las cerdas es la óptima?
En primer lugar, es importante tener en cuenta que no se puede mejorar lo que se mide. Hay diversos métodos que pueden usarse para medir la condición corporal de las cerdas gestantes.
Si bien uno de los métodos más usados actualmente dentro de la producción porcina argentina es la valoración visual, la misma es muy variable arrojando resultados muy diferentes de acuerdo al operario que realiza la evaluación. Una buena manera de disminuir el margen de error, es que sea una misma persona la encargada de hacer siempre la valoración de condición corporal.
Otros métodos utilizados para valorar la condición corporal que resultan más eficaces son el ultrasonido y el ecógrafo con sondas lineales y transductores de alta frecuencia (5 MHz).
La condición corporal, se basa en la medición de la grasa dorsal de la cerda, cuya escala es la siguiente:
Una cerda con condición corporal óptima, debe estar entre el 2,5 y el 3. Para la valoración visual, es importante considerar los puntos anteriores, ilustrados en el siguiente gráfico:
Lo ideal es dirigir todos los esfuerzos a mantener el plantel con, al menos, un 90% de hembras con condición corporal óptima (entre 2,5 y 3). Debemos saber ajustar la curva de alimentación de acuerdo a la lectura semanal de las cerdas y así evitar excesos o déficit en la condición corporal, que impactan en forma inmediata e irreversible en la productividad de la granja y, por tanto, en la rentabilidad de la actividad porcina.
Consecuencias productivas de una condición corporal alta
El aumento en la condición corporal lleva a bajas irreversibles en los resultados productivos esperados, dentro de estos podemos enumerar:
Consecuencias productivas de una condición corporal baja
Al igual que el exceso de condición corporal, su déficit también produce efectos adversos sobre la productividad de la granja, debido a los siguientes aspectos:
Para ver el artículo original, elaborado por el médico veterinario Andrés Cugno, haga click aquí.
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